PAMPLONA
Pamplona sale al paso por la polémica tras un importante cambio en el aparcamiento en una calle
El consistorio considera que el nuevo sistema aporta seguridad a la vía, aunque los vecinos y usuarios no muestran la misma opinión.

La reciente reurbanización de la calle Abejeras en Pamplona ha traído consigo una novedad que ha generado polémica entre los vecinos: el aparcamiento en espiga invertida.
Este sistema, que ya se había implementado anteriormente en la Cuesta de la Reina, en el barrio de San Juan, ha desconcertado a muchos conductores, quienes aún se están adaptando a esta forma de estacionar que exige maniobrar marcha atrás para dejar el frontal del vehículo orientado en el sentido de la circulación.
El Ayuntamiento de Pamplona ha salido al paso de las críticas. El concejal del área de Gobierno Estratégico, Urbanismo, Vivienda y Agenda 2030, Joxe Abaurrea (EH Bildu), ha defendido la implantación de este tipo de aparcamiento, asegurando que las reflexiones sobre su funcionamiento son "bastante positivas". Según ha explicado, se trata de un sistema que mejora las condiciones de seguridad tanto para los peatones como para los conductores. "El aparcamiento en espiga busca principalmente evitar que los vehículos invadan la acera y, aunque al principio puede resultar complicado, mejora los procesos de aparcamiento y desaparcamiento, reduciendo los conflictos y accidentes", ha señalado Abaurrea durante una rueda de prensa.
El edil ha destacado que la Policía Municipal recomendó este modelo por sus ventajas en términos de seguridad. "Es una buena obra que no solo mejora la configuración del espacio urbano, sino también algo fundamental como es la seguridad", ha añadido. Abaurrea también ha recordado que la calle Abejeras contaba ya con un carril bici que requería mejoras para garantizar una mayor seguridad y que, con la reurbanización, se han ampliado las aceras y optimizado los espacios para peatones.
El aparcamiento en espiga invertida ha generado reacciones diversas entre los vecinos de Abejeras. Muchos usuarios han manifestado su desconcierto ante la necesidad de aparcar "al revés" de lo habitual, lo que les obliga a realizar maniobras que, en calles con un solo carril, pueden provocar retenciones. La dificultad de la maniobra, especialmente en horas de tráfico intenso, ha sido una de las principales quejas. También los vehículos más voluminosos, como las furgonetas, tienen problemas.
Una de las mejoras más destacadas es la seguridad al reincorporarse al tráfico, ya que los conductores tienen una visibilidad mucho más clara al salir de la plaza de aparcamiento. Además, facilita las operaciones de carga y descarga, al quedar el maletero orientado hacia la acera, lo que reduce la exposición de los usuarios al tráfico.
Este tipo de aparcamiento también permite que las puertas traseras de los coches se abren hacia la acera, disminuyendo el riesgo de que los niños salgan directamente a la calzada. Asimismo, según los expertos, el aparcamiento en espiga invertida contribuye a una conducción más tranquila, al obligar a los conductores a reducir la velocidad para maniobrar.
Las obras en Abejeras incluyen un carril bici bidireccional y aceras más amplias, buscando equilibrar la convivencia entre peatones, ciclistas y vehículos.
A pesar de las quejas iniciales, el Ayuntamiento considera que los beneficios del aparcamiento en espiga invertida superan las molestias temporales que puedan surgir por la adaptación a este sistema. Además, ha señalado que este modelo ya se ha implementado con éxito en otras zonas de Navarra y podría extenderse a otras áreas de la ciudad.
El aparcamiento en espiga invertida ofrece ventajas en términos de optimización del espacio, permitiendo un ahorro de hasta un 10% en cada plaza. Aunque todavía es un cambio reciente en Abejeras, su uso podría consolidarse en Pamplona como una solución efectiva para mejorar la seguridad vial y la organización del tráfico en las calles más concurridas.