Las 62 familias que recurrieron el cambio lingüístico en las escuelas infantiles de Pamplona han informado de que van a seguir adelante con el proceso legal ante lo que consideran una "injusticia" y una "imposición".
Después de que un juez levantara la suspensión cautelar del cambio de modelo en las escuelas infantiles de Donibane y Fuerte del Príncipe, las familias afectadas por la decisión del Ayuntamiento han señalado que creen que "todavía es posible que se haga justicia y que con ello, no se repitan medidas educativas impositivas que tan perjudiciales son para toda la sociedad".
Han expuesto, en un comunicado, que "la decepción y el sentimiento de indefensión es monumental" y han criticado que "en la lucha de David frente a Goliat, el sistema legal apoya a Goliat". "Y es justo apoyar a Goliat si tiene razón, pero no la tiene", han opinado.
Según ha continuado, "aunque nuestra fe en las instituciones se ha quebrado y ya nadie podrá reparar el perjuicio a nuestros hijos, vamos a intentar seguir adelante con el proceso legal". "A pesar del coste económico que supone", han dicho.
CRÍTICAS DE LAS FAMILIAS
Las familias afectadas han señalado que el Ayuntamiento "firmó a favor del cambio de modelo lingüístico, dejando claro que la participación ciudadana y el consenso es tan solo un símbolo que enarbolan y nada más", lo que motivó que interpusieron un recurso.
"Un juez nos dio la suspensión cautelar, pero un magistrado nos la quitó. Y nos la quitó porque somos pocas (¿las injusticias se miden en función del número de personas a las que afectan?), porque no se puede presuponer el comportamiento caprichoso de la Administración (¿la imposición de una medida sin datos de demanda y sin considerar otras alternativas que no perjudican a nadie no es un capricho?)", han indicado.
Y han continuado señalando que también levantó la medida cautelar "porque la suspensión atrasa los plazos de matriculación y perjudica a todos los preinscritos". "¿Acaso todos los preinscritos están contentos con el comportamiento de la Administración? ¿De verdad que atrasar los plazos de matriculación es más grave que expulsar a niños de sus escuelas mediante políticas arbitrarias?", han planteado.