El chef Dani García no abrirá el local previsto en el barrio de Iturrama en Pamplona, después de más de un año de gestiones en el Ayuntamiento de la capital navarra. Así lo ha hecho saber a los propietarios de la bajera donde esperaba empezar las obras en la avenida de Sancho el Fuerte.
El equipo del famoso restaurador Dani García firmó en febrero de 2022 un contrato de alquiler en una bajera que ocupa 400 metros cuadrados al inicio de la avenida de Sancho el Fuerte, entre los números 9 y 11, de Pamplona.
Desde entonces, la apertura del local estaba pendiente de que el Ayuntamiento de Pamplona concediera la licencia de obras al proyecto presentado, y posteriormente la licencia de actividad.
Más de un año después, no ha habido ningún avance y el equipo de Dani García ha comunicado a los propietarios de la bajera, la sociedad de funcionarios Cruz Negra, que abandona el proyecto y deja de pagar el alquiler.
En este caso, lo que el afamado cocinero iba a abrir en Pamplona era el servicio de delivery y take away, que se denomina La Gran Familia Mediterránea, que puede pedirse a través de Glovo y Just Eat.
El grupo Dani García incluye además Dani García Eventos, un servicio de catering y la Fundación Dani García, una organización sin ánimo de lucro cuyo objetivo es la realización de actividades de interés social. Dispone de los siguientes restaurantes: Bibo, Lobito de Mar, Leña, Dani Braserie y Smoked Room.
Este chef tiene nueve marcas y una veintena de restaurantes por todas partes del mundo. Su grupo factura cerca de 45 millones de euros anuales y ha recibido numerosos premios.
Dani García visitó Pamplona con una demostración en Baluarte en mayo de 2008, dentro de la segunda jornada de ‘Vive las verduras’. Su objetivo era hacer un tomate que no supiera a tomate. Y uno de los elementos principales, el nitrógeno líquido, que tenía en un recipiente a 196 grados bajo cero.
Aseguró que trabajar con nitrógeno no es peligroso: “Lo que es peligroso es una máquina de cortar fiambres, que es una máquina asesina, o una freidora con aceite a 180 grados, que lo tocas un instante y te hace ampollas”, explicó García.
El chef andaluz utilizó de base para su no-tomate una pipirrana, una ensalada andaluza de tomate, cebolla y pimiento verde, a partir de la cual se hizo “una especie de merengue”. Metido en un papel film y sumergido en el nitrógeno, cambia de textura y se convierte en un helado en el que se han formado unos gajos.
La segunda parte de la demostración fue dar al tomate el color rojo. Para ello, y de nuevo utilizando el nitrógeno, coloreó el helado utilizando una solución con polvo de rubí que, efectivamente, dio un precioso color rojo brillante al falso tomate. Presentado sobre un jugo de cerdo ibérico.
