Cuando las fiestas de de San Fermín de 2020 se habían suspendido y en el horizonte se vislumbraba como seguro que en 2021 había encierros en Pamplona, el veterano corredor Jokin Zuasti Urbano, de 62 años, comenzó a preparar lo que sería la celebración de su medio siglo delante de los toros en San Fermín.
No podrá ser por el momento, pero la fecha y la celebración sigue intacta. Este año se cumplen 50 años de carreras desde que un 13 de julio de 1972 este pamplonés amante del encierro y de las fiestas se sumergiera por primera vez en la calles delante de los toros.
"Con 8 años fui por primera vez a la plaza de toros para ver la entrada de corredores y toros. Aquella escena me tenía atrapado y sólo quería que llegara el día de poder estar allí abajo", explica el corredor en el preámbulo de su libro "Julios intensos" que acaba de ver la luz para conmemorar sus 50 años corriendo los toros en San Fermín.
La publicación es, en realidad, un exhaustivo repaso al último medio siglo de encierros de Pamplona guiados por el protagonista, que va desgranando con detalle todos los cambios que ha sufrido el encierro, sus relación personal con el encierro, amistades y cómo vivir y afrontar la vida alrededor de una cita que acontece, o acontecía cada mes de julio en Pamplona.
Decenas de fotos de todas las épocas se apoderan de las cerca de 300 páginas en gran tamaño que recorren desde aquellos años 70 de polvo y arena en el callejón hasta los últimos y fugaces carreras de los años 2000.
Zuasti siempre ha corrido en el tramo del callejón de la plaza de toros y ha sido habitual verle entrar al coso acompañando a la manada, pero en especial a esos últimos toros rezagados, cuando en los 80 y los 90 era habitual que sucediera.
Una escena que compartía muchas veces con amigos, como Julen Madina, ya fallecido, y a los que recuerda con cariño en las páginas. Desde Atanasio y Tito Murillo, pasando por muchos de los míticos "guiris" que han llegado a Pamplona como Bomber, Joe Distler, etc, hasta las nuevas generaciones que van tomando forma en el encierro.
Entre medio, también ha habido tragedias, varias muertes en el encierro, montones, cogidas de buenos compañeros y carreras y sustos, aunque de forma, quizá inexplicable, Zuasti se ha librado en tantos años delante de los toros de cogidas de importancia, pero sí roturas de huesos y muchas contusiones.
Jokin Zuasti forma parte de los conocidos como "Divinos" del encierro, un apelativo que arrastran desde finales de los años 70 a raíz de una publicación en prensa que se relata en el libro en primera persona.
"Desde ese día, este calificativos fue tomando cuerpo y se extendió. Fue utilizando para definir a nuestro grupo de amigos. A veces, con simpatía, otras con admiración y en Navarra, otras muchas, despectivamente", reflexiona en el libro Zuasti, que se ha reinventado en la carrera mientras la mayoría de sus compañeros de los años 70 y 80 fueron dejando las carreras en distintos momentos.
Junto a los encierros de Pamplona, la clave y guía del libro, Jokin Zuasti recopila también vivencias y momentos en otros encierros en los que ha participado casi durante el mismo periodo, como los de San Sebastián de los Reyes, Cuéllar, Onda, Tafalla, Tudela o Villacarrillo.
"El toro es y da vida, aunque también te la puede quitar. Los encierros son eso, la emoción de ponerse delante de un animal tan imponente como un toro y acoplarse con él. En los encierros, como en la vida, se pueden recibir golpes, caídas y también cornadas. Hay que medir y asumir los riesgos igual que en las tomas de decisiones importantes", concluye Zuasti.
El libro de Jokin Zuasti, "50 años corriendo el encierro", será presentado en un acto el próximo viernes en el Casino Iruña de Pamplona, pero ya está disponible para comprar en los puntos de venta habituales y también por Internet.
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