LA FIESTA
Adiós a la luz de las velas: el Pobre de Mí planta cara al mal tiempo para gritar ¡Ya falta menos!
Miles de personas han puesto fin a las fiestas de San Fermín y han puesto la vista en las del próximo año.
Miles de personas han puesto fin a las fiestas de San Fermín y han puesto la vista en las del próximo año.
Las 204 horas de fiesta de los Sanfermines de 2018 han llegado a su fin. Toca desanudar el pañuelo que nos ha acompañado anudado al cuello desde aquel 6 de julio a mediodía y volver a la realidad.
La plaza consistorial, que hace nueve días presentaba un aspecto a rebosar para jalear el Chupinazo lanzado por el grupo musical Motxila 21, ha vuelto a llenarse poco a poco en una lluviosa noche pamplonesa.
La banda Gauerdi ha tocado en el centro de la plaza para poner la nota musical a esta despedida de las fiestas, mientras los miles de asistentes han coreado sus canciones a viva voz.
Comienza el ¡Pobre de mí! Todos los candidatos para lanzar el Chupinazo de manera conjunta (Borja y Lorea de Motxila 21, el pastor del encierro Rastrojo, Chrysallis y Los Amigos del Arte) han despedido las fiestas.
Pañuelicos y velas en alto, las voces de miles de pamploneses cantan ya la conocida canción: ¡Pobre de mí! en la Plaza Consistorial.
Y sin tiempo a que acaben unas fiestas, ya con ganas de que lleguen las de 2019, la gente comienza a entonar la canción de la escalerica mientras se agitan todos los pañuelicos en alto.
La banda Gauerdi sigue poniendo la música y, aunque los Sanfermines se haya acabado, la gente continúa con ganas de fiesta y se resiste a abandonar la Plaza del Ayuntamiento.
Casi 15 minutos después de las 12 de la noche la banda deja de tocar, las gargantas dejan de cantar y los pañuelicos se vuelven a guardar hasta el año que viene. Poco a poco, la gente abandona la Plaza Consistorial.
Mientras, en la Plaza del Castillo miles de personas, entre ellas las peñas, han seguido también el Pobre de Mí. Algunas bengalas han puesto la luz a la noche en la que se apagaban los Sanfermines.
Por su parte, el alcalde de Pamplona, Joseba Asirón, ha hecho balance de las fiestas en declaraciones a los micrófonos de Navarra Televisión. “La percepción es muy buena”, ha valorado el primer edil.
“Hemos realizado un Pobre de Mí con un mensaje inclusivo con los cuatro candidatos a tirar el Chupinazo; ha estado muy bien”, ha explicado.
Asirón ha considerado que estos Sanfermines han sido "espléndidos". “El ambiente nocturno y diurno ha transcurrido con total normalidad y sin incidentes graves”.
El alcalde ha asegurado que la asistencia a los actos programados por el Ayuntamiento de Pamplona ha sido “buenísima” y que la ocupación en los hoteles del centro de la ciudad ha comenzado “con prácticamente el 100%”.
“Suben los Sanfermines de día, de gastronomía, de la comparsa de gigantes, el deporte rural, el ambiente de calle…”, ha apostillado Asirón.
Asirón, que ha vivido como alcalde los últimos Sanfermines de la legislatura, ha defendido sus políticas aplicadas a las fiestas de Pamplona.
Sin mencionar siquiera la colocación de ikurriñas o mástiles vacíos, como este año, para tenerla presente en el Chupinazo, el alcalde ha asegurado que su equipo de gobierno ha tratado de cambiar la imagen de las fiestas y hacerlas más participativas.
“Hemos querido visibilizar la situación real en este modelo festivo que tienen las mujeres, que San Fermín son fiestas seguras participativas, familiares”, ha añadido.
Además, ha defendido los procesos participativos de las fiestas: “La ciudadanía ha recuperado el protagonismo, ahora elige quién tira el Chupinazo y más de 70 colectivos participan en la mesa de los Sanfermines”.
“Los Sanfermines surgieron como fiestas muy espontáneas y nuestro interés ha sido mantenerlo: que no sean fiestas dirigidas por las instituciones y que la gente asuma el protagonismo”, ha considerado.
Pasada la medianoche, el alcalde ha seguido con el pañuelo anudado al cuello, asegurando que la tradición de quitarse a las 12 de la noche es “algo de última hora”.
“Yo soy de mis propias tradiciones y el pañuelo me lo quito cuando llego a casa, a la hora que llegue yo”, ha zanjado el primer edil de EH Bildu.
SIN INCIDENTES GRAVES
Los nueve días en blanco y rojo han dejado unas fiestas sin incidentes destacables. Los toros han mostrado su nobleza en los encierros, con sólo dos heridos por asta, la cifra más baja desde el año 1984.
Hace tan sólo dos años fueron 12 los corredores corneados, en 2017 la cifra bajó a siete punteados y este año el balance se reduce aún más con tan solo un par de evacuados al hospital por heridas de asta.
Por su parte, la Feria del Toro ha dejado imágenes para el recuerdo. Como la despedida de 'El Pirata' Padilla, que protagonizó una épica corrida acompañado por Roca Rey y Cayetano para lidiar los seis toros de Jandilla.
Precisamente la ganadería de Borja Domecq se ha alzado con el premio Feria del Toro a la mejor corrida, mientras el galardón al mejor toro ha ido a parar a Cuba, el astado del Puerto de San Lorenzo que toreó Paco Ureña.
Los toros dicen adiós a Pamplona hasta el próximo año mientras las calles van volviendo poco a poco a su estado normal, como ya han hecho con el comienzo de la retirada del vallado.