San Fermín, patrón de Navarra y Pamplona. Te contamos su historia
La leyenda de San Fermín mezcla historia y tradición, por lo que no se sabe a ciencia cierta si los hechos que se han narrado a lo largo de los años son verdaderos.
La leyenda de San Fermín mezcla historia y tradición, por lo que no se sabe a ciencia cierta si los hechos que se han narrado a lo largo de los años son verdaderos.
Según cuentan, el presbítero Honesto llegó a Pamplona para evangelizarla hacia el siglo III enviado por San Saturnino, obispo de Toulouse.
Un senador romano, llamado Firmo, se interesó por sus palabras. Por esto, Honesto volvió a Toulouse a contarle a Saturnino lo que había pasado, por lo que el mismo obispo acudió a Pamplona a predicar.
La visita de San Saturnino produjo muchas conversiones, entre ellas Firmo junto con toda su familia, incluido su hijo Fermín.
Honesto se quedó con Fermín enseñándole y evangelizando con él. A los 24 años Fermín fue consagrado obispo por Honorato.
Con 31 años, Fermín marchó a predicar a lo que entonces eran las Galias (Francia).
Un 10 de octubre llegó a la ciudad de Amiens, donde consiguió muchas conversiones, pero fue encarcelado y un 25 de septiembre sufrió martirio por decapitación.
Su cuerpo fue sepultado por los cristianos en secreto y encontrado el 13 de enero del año 615.
El culto a San Fermín en Pamplona se fue instaurando conforme llegaron diversas reliquias a la ciudad.
La primera fue un fragmento de la cabeza del santo en 1186, regalo del entonces obispo de Amiens, Teobaldo de Heilly, al obispo de Pamplona, don Pedro de París.
Este estableció ese año la celebración litúrgica de San Fermín, dándole carácter de primera clase.
San Fermín es patrón de Navarra y Pamplona desde una época imprecisa, pero 1657 el papa Alejandro VII estableció que San Fermín fuese co-patrón de Navarra junto con San Francisco Javier.
Hasta finales del siglo XVI se celebraba la fiesta de San Fermín el 10 de octubre, conmemorando su entrada a Amiens.
Sin embargo, los pamploneses pidieron que se cambiase la celebración de San Fermín a julio, coincidiendo con la feria de ganado, por el mal tiempo de octubre.