Los encierros de San Fermín son una tradición de gran importancia y fascinación en Pamplona, marcando profundamente la cultura y el espíritu de esta festividad. En este contexto, se cumplen 60 años de la historia del perro "Ortega", un episodio memorable que cautivó a todos durante los Sanfermines de 1958 y que sigue sorprendiendo hasta hoy.
El 12 de julio de aquel año, los toros de la ganadería de Eduardo Miura protagonizaron un encierro histórico, que duró nada menos que 30 minutos, convirtiéndose en el encierro más largo jamás registrado.
En la actualidad, muchos podrían preguntarse cómo es posible que un encierro dure tanto tiempo, cuando los actuales rara vez superan los dos minutos y medio.
Todo comenzó cuando la manada de Miura llegó a la plaza de toros de Pamplona dividida: cuatro toros por delante y dos detrás, acompañados de sus cabestros. La sorpresa surgió cuando uno de los toros rezagados se plantó desafiante en el ruedo, negándose a entrar en los toriles.
A pesar de los intentos de los toreros, que con sus capotazos trataron de guiarlo hacia los corrales, el toro permaneció impasible y altanero, ignorando sus esfuerzos.
EL PERRO ORTEGA EN EL ENCIERRO DE MIURA
Tras ello, fueron los mozos de la plaza los que, con mucho valor y frialdad, comenzaron a hostigar al toro sin encontrar tampoco recompensa, provocando que el toro se arrancara en varias ocasiones para embestir a estos.
Seguía sin haber manera de que el animal se decidiera por entrar en los corrales, de forma que los mozos se apartaron al vallado para dejar paso a los cabestros con los pastores.
Arroparon al Miura y tiraron de él constantemente sin éxito, ya que el toro estaba decidido a permanecer en la plaza por muchos intentos infructuosos que hicieran.
Finalmente, uno de los pastores sacó a la plaza a un pequeño perro llamado Ortega, que solía acompañarle en sus labores, ante el asombro y la admiración de los allí presentes.
Lo que no sabían era que este perro iba a ser el único capaz de conducir al Miura a los toriles, tras más de 25 minutos de brega en el coso pamplonés.
Le ladró en la cara al toro, y tras no inmutarse, le mordió en las patas traseras hasta finalmente acabar conduciéndole hasta el interior de los corrales.
Fue el gran héroe del encierro, al cual varios mozos cogieron a hombros y dieron la vuelta al ruedo, como si de un torero se tratara, ante la ovación de toda la plaza.
El perro Ortega dando la vuelta al ruedo el 12 de julio de 1958
LA GANADERÍA EDUARDO MIURA
Además de protagonizar el encierro más largo de la historia, la ganadería de Eduardo Miura cuenta con una dilatada historia de records en las tierras pamplonesas.
Este año va a lidiar su 52ª corrida de toros en San Fermín, la única ganadería en la historia que ha alcanzado esta impresionante cifra.
Por otro lado, en 2015 paró el reloj con una carrera vertiginosa de tan sólo 2 minutos y 5 segundos de duración, convirtiéndose también en el encierro más rápido de la historia.
Todos estos hitos, hacen de esta ganadería una de las más conocidas, tradicionales y queridas por los pamploneses. Así pues, por sexta vez consecutiva cerrará los Sanfermines de este año en el último encierro del 14 de julio.