Pamplona ha acogido este martes la presentación oficial de la Asociación de Circo de Navarra (NAZE), un nuevo colectivo que busca dar un impulso conjunto al circo en la Comunidad foral. Más de una treintena de artistas, compañías y espacios, tanto profesionales como amateurs, se han unido bajo un mismo paraguas con un objetivo claro: fortalecer el sector, compartir recursos y llegar a todos los rincones de Navarra.
La presentación, celebrada en la capital navarra, ha estado liderada por Maitane Azpíroz y Alain Flores, portavoces de NAZE y artistas con una larga trayectoria sobre el escenario. Junto a ellos, otros miembros de la comunidad circense han arropado la puesta de largo de una iniciativa que, según han subrayado, llevaba años siendo necesaria.
“Somos una red abierta, horizontal y en constante crecimiento”, ha explicado Azpíroz, quien ha animado a cualquier persona interesada en el circo a sumarse como socia o colaboradora. La Asociación se define como un espacio en el que conviven disciplinas tan diversas como las acrobacias aéreas, el clown contemporáneo o el circo social, reflejo de la pluralidad artística que vive el sector en Navarra.
Para Alain Flores, NAZE no es solo una estructura organizativa, sino un proyecto con alma: “Queremos dar visibilidad a un sector que lleva más de tres décadas desarrollándose con fuerza y pasión en esta tierra”. Su compañera ha ido más allá: “El circo puede ser una herramienta cultural, social y educativa. Y queremos que esté al alcance de todas las personas”.
Entre los objetivos fundacionales de NAZE destacan la mejora de las condiciones laborales, la formación continua de artistas y técnicos, y la promoción de proyectos de calidad que incluyan tanto espectáculos como iniciativas pedagógicas o comunitarias. También se marcan como prioridad el reconocimiento del circo como disciplina artística y cultural, algo que, aseguran, todavía está lejos de alcanzarse.
Azpíroz ha recordado que la necesidad de crear una asociación ha estado siempre presente, aunque factores como la dispersión de la comunidad, la falta de apoyo institucional o las dificultades para profesionalizarse han retrasado su puesta en marcha. Sin embargo, el momento ha llegado.
“Hace años, una escuela en Pamplona unió al sector, pero muchos hemos tenido que salir fuera para formarnos. Ahora queremos que las nuevas generaciones tengan oportunidades para trabajar y vivir del circo en Navarra. Eso nos ha dado fuerza. Queremos dignificar esta profesión”, ha afirmado con convicción.
NAZE arranca con energía, con el deseo de que la carpa del circo navarro siga creciendo. Y con la certeza de que, cuando el talento se organiza, el espectáculo no ha hecho más que empezar.
