El escultor Rafael Huerta, autor de algunas de las esculturas más representativas de Pamplona, ha fallecido en Valencia días antes de cumplir los 94 años de edad.
El artistas vasco, que estaba muy vinculado a la capital navarra, fue el autor de la obra Monumento al Encierro de Pamplona, ubicado en la avenida Carlos III, y cuyo boceto donó recientemente al Gobierno de Navarra.
así como la de el jugador de cesta punta ubicada en la avenida de Aróstegui, en Echavacoiz, bautizada con el nombre de Rebotando al revés; o el monumento a José Joaquín Arazuri en el paseo que lleva su nombre, o el busto de Nicasio Landa, en los jardines del Hospital Universitario de Navarra.
Huerta fue profesor en la Escuela de Artes y Oficios de Corella, y después en la Escuela de Artes y Oficios de Pamplona, de la que incluso fue director.
Artista figurativo, se le engloba en la generación de escultores de la llamada nueva escultura ligada a la modernidad. Comenzó su aprendizaje con su padre, Moisés Huerta, en Bilbao, culminándolo en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid.
