Los peregrinos de la primera Javierada han podido disfrutar de un día soleado con temperaturas tanto frías como suaves. El buen tiempo ha hecho que miles de personas hayan hecho la peregrinación al Castillo de Javier.
Durante todo el camino se han podido ver bicis, patines, grupos grandes de personas, gente sola o incluso gente que se ha animado a ir corriendo.
Muchos siguen una tradición de años y otros se aventuran a realizarla por primera vez, pero desde luego, las caras sonrientes se han dejado ver durante todo el trayecto.
En el bosquecillo, antes de llegar al alto de Loiti, se han bajado dos autobuses con más de 50 personas procedentes de San Sebastián. Uno de los grupos era de la Asociación Loyolaetxea, de los Jesuitas de la localidad Guipuzcoana que han acudido con un grupo de personas de un proyecto muy especial. “Es un grupo de razón social para promover la inclusión social en personas que están en situación de vulnerabilidad”, detalla la directora de la asociación Marta Silvano.
Esta asociación ya lleva 22 años yendo a Javier y vienen con familias sirias, ucranianas, jesuitas, voluntarios, gente de todas las edades… En Javier, se juntan también con los Jesuitas de Pamplona donde duermen en un albergue junto al Castillo de Javier. “Está peregrinación es muy buena, es muy comunitaria”, explican.
Junto con el autobús de la asociación, también han venido de San Sebastián otros grupos de personas para realizar la Javierada. Es el caso de cinco amigas que la más mayor tiene 75 años y la más joven 67 años. “Siempre lo hacemos juntas, nos gusta andar, compartir el camino y el ambiente”, detalla una de ellas.
Mientras disfrutaban de su almuerzo y una parada en el alto de Loiti comentaban el buen día que hacía. “Luego nos quedamos en el albergue con los demás, mañana haremos el Vía Crucis e iremos a la misa en la explanada del Castillo de Javier, explica Rosa Rodríguez, la pionera y responsable de haber comenzado esta tradición.
Durante toda la mañana también han predominado los ciclistas. En grupo o en solitario muchos se han aventurado a hacer la Javierada pedaleando los 56 kilómetros. Incluso, hay quienes han ido desde Pamplona y han vuelto en una misma mañana.
En la explanada del Castillo de Javier muchos ciclistas descansaban y reponían fuerzas. “Nosotros venimos desde Alfaro, la Rioja, hemos salido a las 8 de la mañana y ahora vamos a almorzar”, detalla Raquel Rodríguez, una de las ciclistas del grupo riojano.
Han completado 100 kilómetros hasta llegar a Javier, pero la intención es regresar a casa también en bici. “Es una tradición y siempre lo hacemos, es una prueba para prepararte para el verano porque nos gusta realizar otras como la Quebrantahuesos o la rompe piernas, nos encantan las distancias largas”, explica Julio Hermoso, otro de los ciclistas riojanos.
Hay quienes también han decidido realizar la Javierada en solitario. Es el caso de Pedro Jesús Urrizola que ha comenzado el camino desde Noáin. “Llevo más de 25 años realizándola, este es el segundo año que la hago solo”, explica desde la Venta de Judas.
Antes de hacer la Javierada ya realiza entrenamientos por Pamplona con caminatas largas. “Esta vez se me está haciendo un poco dura sobre todo por los pies, creo que tengo ampollas y nunca me habían salido”, explica.
