Critican que "a la vez que se destruían estos árboles, detrás del Caballo Blanco, una confiera que han visto crecer durante años los vecinos, ha sufrido una mutilación.
La organización ecologista Gurelur ha asegurado este viernes que "durante las obras de construcción del bloque de viviendas ubicado entre las calles Amaya, Leire y Teobaldos se procedió, entendemos que por la empresa constructora, a proteger con estructuras de madera los aproximadamente 15 ejemplares de hibiscos que existían en la calle Amaya antes de las obras".
Prosiguen diciendo que "entendemos que el tratamiento que se daba a estos árboles era con la intención de proceder a su protección. Por lo observado durante el tiempo que han durado las obras, ningún árbol había resultado dañado, presentando todos ellos un buen estado de conservación, siendo para los vecinos de la zona y para los transeúntes muy agradecida su presencia".
Sin embargo denuncian que "hace escasos días los vecinos de esta zona de Pamplona observaron perplejos como la totalidad de los citados árboles habían desaparecido, habiéndose llevado los autores de su destrucción todo vestigio de los árboles derribados, no se ha podido observar ni una raíz, ni una rama. Los autores de esta desagradable actuación se han esmerado en ello".
Desde Gurelur apuntan que "tal como se ha comentado, el estado de conservación de los árboles era bueno, por lo que no se puede utilizar por parte de los responsables del Servicio de Jardines su mal estado para justificar su destrucción, ni tampoco el tamaño de la acera".
Gurelur critica que "esta nueva agresión a los árboles de Pamplona ha contado con el permiso del Servicio de Jardines del Ayuntamiento, cuya política con la gestión de los árboles de nuestra ciudad es la de realizar o permitir todo tipo de talas, con la peregrina excusa de que luego van a plantar nuevos árboles. Hay que respetar los árboles que hemos visto crecer y más en una zona donde tanto escasean".
Gurelur prosigue aseguran que "a la vez que se destruían estos árboles, en el paseo del Obispo Barbazán, detrás del Caballo Blanco, una confiera que han visto crecer durante años vecinos de la zona, ha sufrido una mutilación de todas sus ramas por medio de una motosierra, con vistas a una posterior tala, sin que el Ayuntamiento haya hecho nada para perseguir al responsable. Otro árbol atacado".
Para Gurelur "lo que subyace detrás de esta destructiva gestión es la falta de sensibilidad y de respeto al medio ambiente urbano de los responsables políticos del área de Medio Ambiente y de Jardines del Ayuntamiento de Pamplona".
"Por mucho que intenten manipular, este ayuntamiento está realizando una gestión ambiental muy negativa y nada transparente. Así le va a los árboles de Pamplona", finalizan.
