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SOCIEDAD

Cuatro navarros de vacaciones en Sri Lanka durante los atentados: "Pasamos horas caóticas y de gran incertidumbre"

Los jóvenes habían llegado al país el día 18 y se encontraban a 150 kilómetros de Colombo cuando les llegaron los primeros avisos sobre lo que ocurría en el país.

Vecinos de Caparroso de vacaciones en Sri Lanka CEDIDA
Vecinos de Caparroso de vacaciones en Sri Lanka. En la imagen central, en la parte de arriba, Iker Pejenaute (derecha) y Pedro Pascual; y en la de abajo, Diego Luqui (derecha) y Luis Mikeleiz. Las tres imágenes están tomadas en Sri Lanka. CEDIDA

A cuatro jóvenes de Caparroso les ha tocado vivir de cerca la cadena de atentados que ha asolado Sri Lanka este domingo, dejando cerca de 300 muertos y más de 500 heridos en varios hoteles e iglesias del país. Según se ha conocido este mismo lunes, una pareja de jóvenes gallegos falleció en la cadena de atentados.

Estos cuatro navarros, Diego Luqui (ingeniero agrónomo de 27 años), Luis Mikelez (ingeniero de telecomunicaciones de 28 años), Iker Pejenaute (operario-montador de 27 años) y Pedro Pascual (profesor de 28 años) llegaron a este isla ubicada en el golfo de Bengala, junto a la India, el pasado 18 de abril.

Buscaban pasar unos días de vacaciones en los que tener la oportunidad de conocer otra cultura de Asia (el pasado año, por ejemplo, estuvieron visitando Tailandia), el contacto con la naturaleza, la belleza de las playas... Pero este domingo, con apenas tres días de estancia, se vieron sobresaltados por el terrorismo que asestó un duro golpe en el país.

Fue la madre de Mikelez la que les dio la voz de alarma, al preguntarles cómo se encontraban después de todo lo que estaba pasando. En ese momento, todos ellos circulaban a bordo de un taxi a 150 kilómetros de Colombo, la ciudad más poblada del país, su capital comercial y la ciudad donde más atentados se produjeron en esta ola terrorista.

"Cuando nos preguntó eso la madre de Luis, no teníamos ni idea de lo que había ocurrido. A partir de ahí, empezamos a buscar noticias en internet para tratar de informarnos de lo que pasaba", relata Luqui.

Mientras la preocupación de sus familias iba en aumento ante lo que se conocía en Occidente (la cifra de fallecidos iba aumentando, la policía desactivaba artefactos explosivos y se sucedían las detenciones, con terroristas inmolándose para no ser arrestados), estos cuatro jóvenes navarros decidían qué hacer para no ponerse en peligro dentro de un país que hacía frente a un ataque que, según ha indicado su Gobierno, habría contado con apoyo de "una red internacional".

CONTACTO CON LA EMBAJADA

"Decidimos contactar con la Embajada y con el seguro que teníamos contratado, pero era domingo y nadie nos contestaba", cuenta Luqui, que añade que, "para colmo, no hay Embajada de España como tal en Sri Lanka, por lo que nos iban derivando a la de la India".

Finalmente, estos caparrosinos pudieron contactar con la Embajada. "Nos costó varias horas, pero al final pudimos hablar con ellos y les pedimos consejo sobre cómo actuar dentro del país", indica.

Tras esa conversación, tomaron la decisión de alojarse en un hotel tranquilo de la ciudad de Nuwara Eliya, que está a una distancia de unos 200 kilómetros de Colombo, el foco principal de los atentados. "Pasamos ahí la tarde y la noche hasta que se levantó el toque de queda que habían impuesto las autoridades, que era entre las 18 horas de la tarde y las 6 horas de la mañana", recuerda.

Durante ese tiempo de toque de queda, "esas horas fueron un poco caóticas y de gran incertidumbre, porque nuestras familias estaban muy nerviosas, a pesar de que las noticias que salían publicadas en los medios de comunicación no indicaban que hubiera atentados en la zona en la que nos encontrábamos", asegura.

SIN REDES SOCIALES

Las comunicaciones, además, eran complicadas, ya que se cortó el acceso a las redes sociales. "Sin poder usar ni WhatsApp, ni Instagram, ni Facebook, nos las tuvimos que ingeniar para poder hablar con nuestras familias, que estaban muy preocupadas por nosotros", afirma.

También sentían algo de extrañeza por cómo vivía la población de Sri Lanka un suceso como aquel, en el casi tres centenares de personas habían muerto a causa de las explosiones y de las acciones de los terroristas. "Para nuestro asombro, la población seguía su vida con total normalidad, como si nada hubiera sucedido", apunta.

Este lunes, pese a que la acción de la policía es intensa para tratar de dar con la totalidad de responsables, "la situación está más calmada y los turistas con los que nos hemos encontrado siguen sus rutas sin problemas". "Excepto en Colombo, parece que el resto de la isla continúa con normalidad", informa.

Mientras, ellos continúan atentos a las recomendaciones que salen desde las autoridades del país asiático, con los que "la comunicación es mediante avisos generales o por Twitter". "Hemos vuelto a llamar y no nos han atendido ni en castellano", alega Luqui, refiriéndose a la Embajada.

VACACIONES MERMADAS

Lo que ya tienen claro es que sus vacaciones, previstas en un principio hasta este domingo, día 28, se verían recortadas: "Hemos adelantado al día 25 nuestra salida hacia España, sobre todo por la preocupación de nuestros familiares y conocidos, que son quienes realmente peor lo están pasando".

Hasta ese momento, reconoce que el peligro siempre está presente. "Nunca sabes dónde pueden suceder los atentados y, al ser contra el cristianismo, es fácil que a los europeos nos relacionen con ello. Además, estás en una isla, por lo que la huida de los terroristas es más difícil. Eso hace pensar que puedan estar todavía en Sri Lanka. Esa inseguridad siempre la tienes", subraya.


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