El ajuste y la pureza en los encuentros del joven jinete navarro Guillermo Hermoso de Mendoza marcaron claramente las diferencias en el festejo de rejones de las Fallas de Valencia, celebrado en la mañana de este domingo y en el que todos los actuantes cortaron oreja.
Pero, descontando los siempre "baratos" trofeos de los festejos de esta especialidad, lo realmente importante y trascendente de la matinal lo llevó a cabo el dinástico de Estella, que no solo hizo el toreo a caballo más ajustado sino que también clavó los hierros con valor y pureza a sus dos ejemplares.
La mejor faena del navarro fue la que le cuajó a su primero, en la que paradójicamente no "tocó pelo" por su falta de contundencia con el rejón de muerte. Pero antes de eso había desarrollado todo un recital de lidia ecuestre, en especial cuando montó a "Berlín", la figura de su cuadra: un caballo castaño, cruzado con hannoveriano, de gran valor y elasticidad.
Fue ese tercero de la manejable corrida de Bohórquez un toro noble pero sin excesivo celo, solo que encelándolo con la grupo de este caballo a milímetros de los cuernos, Hermoso le hizo embestir más que lo que deseaba para clavarle también banderillas con un soberbio y emocionante ajuste, siempre yendo por derecho a los encuentros.
Después de adornarse con las cortas y un par a dos manos por los adentros, el medio rejonazo con que intentó tumbarlo no hizo el suficiente efecto y, al echar pie a tierra para descabellar, perdió Guillermo Hermoso la opción de pasear más de un trofeo.
En cambio, se lo iba a llevar del sexto, un zambombo que nunca acabó de romper y con el que el hijo de Pablo Hermoso, manteniendo el buen tono, y con un caballo que le rehusó en dos ocasiones, estuvo menos lucido y logró menos emoción en el tendido que con el anterior.
Sus compañeros se igualaron con él en la estadística, que no en los méritos, pues la faena premiada de Sergio Galán al primero, que se reservó un tanto, mantuvo un tono correcto salvo en un final más vibrante en el que el conquense buscó mayores cercanías. Y, como le sucedió a su compañero, logró lo mejor de su actuación con el que no obtuvo premio, un cuarto toro noble al que cerró el tercio de banderillas a gran nivel.
Mucho menos justificada estuvo la oreja que se le concedió a Lea Vicens, que, una vez más, se alargó en un tercio de banderillas plagado de ventajas y sin apreturas, clavando siempre los arpones muy delanteros. Pero un rejonazo defectuoso y fulminante fue suficiente para desatar la casi siempre amable petición de oreja del público de rejones.
Aún peor fue su labor con el quinto, un buen "murube" con el que no se templó la amazona francesa, que repitió numerosos fallos a la hora de clavar los arpones en embroques muy despegados.
FICHA DEL FESTEJO
Seis toros de Fermín Bohórquez, despuntados para rejones, de dispares hechuras y alzadas, aunque en tipo de la casa y escasamente armados, que dieron un juego muy manejable en su conjunto, con más duración y celo los tres primeros.
Sergio Galán, con chaquetilla marengo: rejonazo trasero (oreja); medio rejonazo muy trasero que descorda (ovación).
Lea Vicens, con chaquetilla negra y pedrería: rejonazo trasero contrario (oreja con leve petición de la segunda); rejonazo trasero desprendido y tres descabellos (ovación).
Guillermo Hermoso de Mendoza, con chaquetilla nazareno: medio rejón trasero perpendicular y tres descabellos (gran ovación); pinchazo, rejonazo trasero contrario y descabello (oreja).
Sexto festejo de abono de la feria de Fallas, con algo menos de media entrada de público (unos 5.000 espectadores) en mañana agradable.
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