Un durísimo auto del juez reconoce hechos que todavía no habían salido a luz pública respecto a la grave violación de San Fermín. Entre algunos datos, se desvela claramente cómo el magistrado considera que los acusados por la supuesta violación "se animaban y jaleaban entre sí" reclamando el turno para abusar a la joven madrileña de 18 años.
A.M.G.E. "grababa además con su teléfono móvil los hechos con el consentimiento de los demás, que se dirigieron en varias ocasiones a la cámara".
El juez ha tomado una decisión sobre la violación de San Fermín: no hubo consentimiento y procesa a los cinco acusados.
Asimismo, afirma que los hechos se cometieron de forma colectiva y planificada, dentro de una dinámica grupal. Se concreta así que el caso recoge dificultades a la hora de individualizar lo que trajo consigo la supuesta violación, pero que queda claro dentro del material que prueba los hechos que hasta ahora pueden singularizarse las acciones de cada uno de los procesados. Fueron cinco.
El juez tiene claro también este dato después de que el testimonio de la chica hablase de cuatro personas. Los cómplices de la violación conjunta fueron cinco y así lo relata el auto del magistrado, que también habla de pequeños errores en el relato de la víctima, como puede ser la ubicación y los trayectos exactos que recorrió junto a los cinco acusados, todos sevillanos. Tanto en las cámaras exteriores como en la grabación de los hechos que aportaron los procesados se ve a cinco personas.
El titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Pamplona impone a los cinco encausados una fianza de 500.000 euros, adecuada, sin perjuicio de su determinación final, a las circunstancias de "unos hechos de extrema gravedad". Advierte además, que estos se realizaron en grupo y de manera reiterada, con múltiples penetraciones".
Agarraron a la joven "por las muñecas y la obligaron a entrar al portal número 5 de Paulino Caballero, rodeándola, y, valiéndose de su superioridad física y de la imposibilidad" de ella "para solicitar auxilio".
En cuanto al robo del teléfono móvil, el relato de la víctima es totalmente creíble y detallado, afirma el juez, que apunta que esta acción parece más probable tuviera por objeto evitar que la joven pudiera solicitar auxilio inmediato tras abandonar los procesados el lugar, pero sin que pueda descartarse la intención de incorporarlo a su patrimonio o de deshacerse de él para provocar un perjuicio adicional a la víctima.