- sábado, 15 de marzo de 2025
- Actualizado 15:37
“Todos los años, el día que los borrokas celebraban el Ospa Eguna, metíamos a nuestros hijos en un sótano del cuartel, les decíamos que íbamos a organizar una fiesta y poníamos la música a tope para que nuestros pequeños no escuchasen los gritos y amenazas que proferían contra nosotros”.