En medio del ruido mediático por su futuro y tras semanas siendo protagonista del mercado de fichajes, Nico Williams ha reaparecido este 7 de julio en Pamplona, la ciudad que le vio nacer, para disfrutar en persona de las fiestas de San Fermín.
Su presencia ha sorprendido a muchos, tanto por el momento como por el lugar. Pocos esperaban ver al jugador del Athletic paseando con naturalidad entre la multitud, justo después de renovar con el club bilbaíno hasta 2035 y su fallido fichaje por el Barcelona cuando todo parecía hecho.
Con gorra roja calada hasta las cejas, Nico ha intentado pasar desapercibido, pero no lo logró. Muchos pamploneses le han reconocido en cuanto ha puesto un pie en la zona de la plaza del Castillo, uno de los epicentros de la fiesta. Sonrisas, saludos y móviles al aire han acompañado su recorrido por las calles Pamplona, donde ha compartido el ambiente festivo junto a su hermano, Iñaki Williams.
El internacional español ha comido en un conocido restaurante de la calle Roncesvalles, una ubicación habitual para quienes quieren vivir de cerca el ambiente sanferminero sin alejarse del centro, muy cerca de la plaza de toros. El paso de los hermanos Williams no ha pasado inadvertido y ha corrido de boca en boca con rapidez entre vecinos y visitantes
Más allá del revuelo, su visita a Pamplona tiene un fuerte valor simbólico. Aunque la carrera de Nico ha estado ligada desde su infancia al Athletic Club, su historia arranca en Navarra. Nació en Pamplona en julio de 2002 y dio sus primeras patadas al balón en equipos locales como el CD Pamplona y la cantera de Osasuna.
Creció en los barrios de Buztintxuri y Rochapea, donde su familia vivió antes de trasladarse al País Vasco. Sus primeros goles llegaron en campos pamploneses, donde entrenadores de base ya destacaban su velocidad y olfato goleador.
Su gesto de regresar a la capital navarra precisamente el 7 de julio, día grande de las fiestas, no ha pasado desapercibido. Es, también, una forma de reivindicar sus raíces, de recordar que, aunque ahora brille en los focos del fútbol internacional, Pamplona sigue siendo su punto de partida.
En estos días previos al inicio de la pretemporada, Nico ha optado por volver a casa, aunque solo sea por unas horas. Ha pisado las mismas calles por las que pasó de niño y ha sentido el calor de una ciudad que lo recuerda con cariño.