• viernes, 25 de abril de 2025
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Opinión

La escena se repite cada tarde desde hace más o menos un mes. Dos Maybach, la más alta gama de Mercedes, se detienen en las inmediaciones del Hotel Don Pepe de Marbella, de los que descienden un grupo de mujeres musulmanas capitaneadas por la que parece la líder del grupo.

Asumimos lo de "la bolsa o la vida", procedente de tiempos lejanos, cuando el dinero se llevaba en bolsas, y no en carteras de piel.

Vaya por delante mi contento por el hecho de que entre Ciudadanos y el Partido Popular se hayan acordado más de ciento cincuenta medidas reformistas, de lucha contra la corrupción y de mejora del estado de bienestar.

Parece que el gran contencioso ahora, tras las amenazas dando un plazo de 48, luego 24, horas para concluir el acuerdo entre el Partido Popular y Ciudadanos, es si Mariano Rajoy saldrá a rubricar el acuerdo para su investidura con Albert Rivera, para hacerse la foto, como quiere el primero, o más bien no, como desea el segundo.

Rajoy vive este fin de semana las horas previas a un debate que, si nadie lo remedia, resultará fallido. Antes tendrá que sellar el pacto con Ciudadanos que ha estado a punto de naufragar por el regateo en corto de los negociadores del PP.

La economía española sigue como un tiro. Esta semana conocíamos el dato de crecimiento del segundo trimestre del año. El PIB creció un 0,8 por ciento, el doble que Alemania, y además lo ha hecho con sustancia. En tasa interanual, el aumento es del 3,2 por ciento.

Mariano Rajoy está más desesperado que nunca, lo cual tampoco quiere decir mucho, ya que no suele desesperarse. Pero la verdad es que le empieza a agobiar la tramitación de su investidura como presidente del Gobierno.

Lo que está ocurriendo en la política española, al borde ya de la semana de la (no) investidura de Mariano Rajoy, es, simplemente, de no creer. Imposible ofrecer un espectáculo más completo de incompetencia, mala baba, rencillas cuarteleras y desdén por el pobre contribuyente/votante, que somos usted, yo y unos cuantos millones de españoles más.

Que la Ley se aplique no debería ser noticia en los estados normales, pero España, como decía un viejo eslogan del franquismo, es diferente. Y no sólo eso, sino que ese cumplimiento provoque que un nutrido grupo de plañideras lloriqueen por una cuestión tan normal.

Tengo reducidas a una máxima de andar por casa las profundas reflexiones de Karl Popper sobre la realidad; en definitiva la conclusión a la que llegue después de haber intentado bucear en la profundidad del filósofo de los tres mundos, es que la realidad es terca como una mula.

"El esfuerzo inútil conduce a la melancolía". La reflexión, más que certera, es de Ortega y Gasset y es de perfecta aplicación al acuerdo que, en cuestión de días, firmarán Mariano Rajoy y Albert Rivera. Sus respectivos equipos negociadores se están viendo las caras muchas horas seguidas.

Es en el sexto capítulo del Quijote donde el cura y el barbero llevan a cabo el donoso escrutinio con el objetivo de separar las crónicas históricas de los libros de caballería, unos libros de caballería que el cura califica de dañadores y a los que culpa de secar el celebro del bueno de Alonso Quijano.

Ignoro si el acuerdo entre el Partido Popular y Ciudadanos para el 'si' de estos últimos a la investidura de Mariano Rajoy se firmará este viernes o el fin de semana, que parece ahora, por increíble que se nos antoje, la gran controversia entre ambas partes.

Televisión Española ha tenido el buen gusto de reponer éste verano, en las sobremesas, la serie 'Curro Jiménez', dando así un merecido descanso a 'Verano Azul'.

Diario de Navarra dedicó un artículo de opinión contra este medio por informar a los lectores de un hecho relevante sobre la violación ocurrida en San Fermín. 

Sabido es que los sondeos no se hacen, se encargan, y ahora parece que todos se encargan contra el PSOE, es decir, para contribuir a domeñar y torcer su razonable decisión de no entregar la gobernación de España al Partido Popular, el único partido que, no debe olvidarse, está imputado al socaire de uno de los innumerables casos de corrupción, el de los papeles de Bárcenas, que ha protagonizado.

Estoy un poco harto, la verdad, de ver las acreditadas piernas presidenciales subiendo y bajando la ruta da pedra e auga, algo que uno hizo tres años atrás, comprobando que hay que estar en bastante mejor forma de lo que uno está para trotar por la ruta de Ribadumia; o sea, que Rajoy está en forma o más que uno, al menos.

El hecho cuasi histórico de que Mariano Rajoy haya fijado la fecha del debate de investidura para el treinta de agosto no despeja la duda principal de si, por fin, los españoles tendrán un Gobierno no interino.

A lo largo de la vida uno va a muchos funerales. Los hay protocolarios, y existen los que te atañen de manera directa y te atraviesan como una lanzada en el costado.

Después del quiebro de Mariano Rajoy afirmando que la dirección nacional del PP no había hablado de las condiciones planteadas por Rivera como paso previo a negociación alguna se produjeron momentos de confusión y de crítica.

Tras haber escuchado las conferencias de prensa de Albert Rivera y Mariano Rajoy este jueves uno se queda con la esperanza de que, al fin, algo de luz de ve al final del larguísimo túnel que nos ha impuesto esta clase política nuestra.

Hace escasos días era noticia como el Ministerio de Hacienda estaba utilizando drones para inspeccionar reformas de importancia en viviendas que habían realizado una serie de obras no reflejadas en el catastro, detectándose un total de 1,7 millones de inmuebles con irregularidades.

Cuando hace unos días me crucé en el paseo marítimo de Marbella, a las 8 de la mañana, con Patricia, la ex mujer de Mario Vargas Llosa y su hijo Gonzalo, o días después con el super ministro de Economía Luis de Guindos pensé que la suerte estaba de mi lado por haberme levantado tan temprano a hacer ejercicio.

El gambusino era un animal imaginario a quien los mozos de los pueblos llevaban a cazar a los tontos que venían de la capital. Como la especie, dada su irrealidad, podía tener la apariencia y talla que a cada cual se le ocurriera las artes empleadas para su captura era también muy dispares.

Este domingo el imán de una mezquita de Nueva York y su ayudante han sido asesinados. Como lo fue hace unas semanas en Francia el sacerdote católico de 85 años, Jacques Hamel mientras celebraba la misa.

Barcelona. En un piso de la calle Hospital del barrio de El Raval, viven en comunidad 4 mujeres que cada mañana se levantan para comenzar un nuevo día, en coherencia con una opción vital a la que se comprometieron en el pasado.

Si en alguna actividad humana es necesaria la flexibilidad es precisamente en la política y aunque parezca una paradoja, para ser flexible hay que tener principios, ideas claras y límites bien dibujados.

Rajoy no ha hecho otra cosa, desde las segundas elecciones de junio, que esperar el sí de los niños. De los niños, porque como tales se han venido conduciendo los políticos desde las primeras, las de diciembre del año pasado.

Rivera abre la puerta a la investidura tras su reunión con Rajoy. Ahora le toca al presidente en funciones convencer a su ejecutiva de que las condiciones de Ciudadanos se aceptan, o se aceptan.

Si las tuvieran que pasar los políticos, a lo mejor nos evitábamos muchos de los problemas que tenemos. ¿Cuántos suspenderían? No me refiero a la reválida de los pactos, que suspenden todos hasta ahora, sino a las que implantó la LOMCE y que el próximo junio tendrán que pasar medio millón de estudiantes de 4º de ESO y de 2º de Bachillerato.

 Durante el tiempo en el que se celebraban los juegos olímpicos clásicos no se libraba batalla alguna. Se detenían las guerras entre las ciudades que participaban en aquel evento.

Sabido es que Mariano Rajoy presume de no leer los periódicos -más allá de los deportivos, claro; así que debe de estar en la gloria en estos días olímpicos, que él aprovecha para pasear, como cada verano, por Ribadumia con su amigo José Benito, el muy discreto marido de Ana Pastor.

Podría suceder que en los próximos meses, cuatro mujeres estuvieran al frente de Estados Unidos, de Gran Bretaña, de Francia y de las Naciones Unidas. Nada podría ser mejor para tratar de romper de una vez el techo de cristal de las mujeres en el mundo.

Los periodistas que seguimos, a través de las ruedas de prensa en el Congreso, el resultado de los encuentros entre Rajoy y Pedro Sánchez y entre Rajoy y Albert Rivera salimos con la sensación de que aquello había acabado desde el punto de vista de las tareas informativas.

Hay quien piensa que a Marbella se viene a presumir del último modelo de Rolex o de Mercedes, y algo de razón tienen quizá porque nadie les ha dicho que el ocio no excluye que puedas asistir a uno de los acontecimientos artísticos más importantes del verano que desde hace varios se celebra en el Congreso de Exposiciones, en plena Milla de Oro.

Patxi López ha denunciado que el PSOE recibe presiones del Ibex, de los medios, en fin que entre unos y otros parece que al PSOE no se le deja vivir y que ante tanta presión lo que toca hacer es mantener las posiciones ya conocidas: que Rajoy pacte "con las derechas", que busque "potenciales aliados", "que trabaje y abandone la tumbona", etc...

En Marbella hay dos mundos diferenciados, inconfundibles, que en contadas ocasiones llegan a mezclarse. Está el de quienes llegaron hace años y cambiaron la fisonomía de un pueblo de pescadores en la gran ciudad que es y el de quienes según mi amigo Eduardo Mackintosh, están descubriendo los encantos.

Parece que, por fin, entre Rajoy y Rivera, entre el partido Popular y Ciudadanos hay una débil línea de colaboración. Al menos, hablan, que sería lo mínimo que hay que exigir a los representantes electos de los ciudadanos, pero que, como hemos comprobado, algunos no están dispuestos a aceptar bajo ningún concepto.

Con algunas ayudas de la prensa, especialmente significativa es la del diario El País, Rajoy reclama atención hacia los problemas nacionales, destroza estrategias ajenas sin un mal gesto y prepara la situación para recibir a los 'fans' que surgen nuevos.

Un mantra no puede repetirse, pues en sí mismo es una repetición. Así pues, hablar de un mantra que se repite es como hablar del agua líquida o del fuego que arde, pero, siendo esto así, el mantra de que Pedro Sánchez es el responsable único, absoluto, del bloqueo político y del desgobierno de España, se repite tanto, tanto, que rebasa con mucho la naturaleza brasa de la mantridad.

Hace unos días era la EPA del segundo trimestre y ayer fueron los datos del registro de las oficinas de empleo. En julio salieron de las listas de desempleados casi 84.000 personas y más de 84.700 trabajadores se afiliaron a la Seguridad Social.

Increíble, pero cierto. Pedro Sánchez y Mariano Rajoy lograron mantener una reunión de casi una hora sin que el uno averiguase si el otro piensa someterse a una sesión de investidura y sin que el otro pudiese saber si el uno planea, si la investidura 'de las derechas' no sale, presentar un Gobierno alternativo 'de las izquierdas'.

Es mucho más difícil madrugar cada día para ir al trabajo o para buscar uno que formar gobierno. También enfrentarse a un devorador incendio forestal, someterse a una intervención quirúrgica o realizarla, sacar adelante una familia con un sueldo de empleado raso.

Las próximas horas pueden consagrar la oportunidad de que España inicie la senda reformista más importante de su Historia desde 1976. O de regresar a los tiempos catastróficos de Amadeo de Saboya y de su sucesor Estanislao Figueras, cuya figura, huyendo de la España caótica desde la presidencia de la República, recuerdan ahora algunos avezados comentaristas.

No han pasado 48 horas desde que el Papa de Roma nos advirtiera que estas matanzas no son consecuencia de una guerra de religión, cuando el Estado Islámico, a través de su revista oficial, destaca que el objetivo es llegar a Roma.

Visto lo visto y comprobado que los regeneradores y adanes redentores de nuestro sistema democrático lo único que parecen saber hacer es salir en las teles, predicar y jugar como niños al escondite y al 'tú la llevas' es llegado el momento de decir ya que para esto mejor será que vuelva lo que ellos desprecian como 'vieja política' y que esto comience a andar de alguna manera.

Cuando aquí andamos perdidos en las míseras querellas internas que impiden formar un Gobierno o con los intentos desesperados de los políticos de todo signo de no hacer aquello para lo que fueron elegidos, y en pleno momento de ocio y descanso, en Cracovia, millón y medio de jóvenes han acudido a la Jornada Mundial de la Juventud donde lo que escuchan y lo que ven es todo lo contrario.

La verdad es que uno, optimista inveterado, opinó en algunas tertulias radiofónicas y televisivas este fin de semana que hay bastantes probabilidades de que, a finales de este mes de agosto de teléfonos rojos, Mariano Rajoy haya logrado formar una mayoría minoritaria -sí, este es un país surrealista- que le sirva para gobernar en precario, contando con el 'sí, pero no', de Ciudadanos -surrealismo puro, ya digo-.

Cuentan quienes le visitan últimamente -entre los que ya no me encuentro- que Mariano Rajoy lo resume todo en dos palabras: un lío. ¿La formación de Gobierno? Un lío. ¿Lo que está sucediendo en Cataluña? Un lío.

No nos equivocamos quienes dijimos y escribimos que algo cambiaría tras el paso por Zarzuela de Rivera, Sánchez y Rajoy, líderes de las tres fuerzas políticas comprometidas con la razón de Estado, el bien de España y el compartido deseo de no desairar al Rey.

Y mientras todo era un ir y venir de líderes políticos del Congreso a la Zarzuela y de la Zarzuela al Congreso, en el Parlamento catalán, como quien no quiere la cosa, se metía de matute un punto en el orden del día y se aprobaba un "mecanismo unilateral de ejercicio democrático".

Las panaderías abren, los bancos funcionan, los grandes almacenes siguen vendiendo cada vez más, lo mismo que las fábricas de coches... eso es la normalidad, y ya me dirá usted qué importa si el Gobierno está o no en funciones'.