Durante décadas, ha vestido a varias generaciones de mujeres en un barrio que ha cambiado mucho en Pamplona, pero donde su escaparate ha seguido siendo un punto de referencia. Abrió sus puertas cuando la calle era otra, cuando apenas había comercios de ropa cerca.
“Me ha ido de maravilla. No me puedo quejar”, cuenta Rosa Mozota Aliaga, de 67 años, con una sonrisa serena y mucha historia detrás. Llegó desde Muel, un pueblo aragonés junto a Cariñena, en Zaragoza.
“A mí me tira mi pueblo”, admite. Pero el amor la trajo a Pamplona: su marido, Jesús Gorraiz, pamplonés, ya está retirado, y ahora es ella quien empieza a pensar en descansar.
No es fácil. Lleva sola el negocio, aunque durante un tiempo tuvo empleada e incluso su hija, Jaione, le echó una mano en el mostrador. “Quedarme en casa no me gusta”, reconoce. Pero la salud también pesa.
Diabética, operada del corazón y con un ictus superado, ha seguido al pie del cañón. “Tengo una naturaleza muy fuerte”, afirma sin alardes, con esa mezcla de orgullo y constancia que define a muchas mujeres de su generación.
El comercio ha notado el paso del tiempo, también en las ventas. “Ahora está un poco más bajo, y el que diga lo contrario miente”, admite sin dramatismo. “Pero se puede vivir de la tienda. Si no, no estaría aquí”.
Rosa ha seguido adelante con un alquiler muy bajo, y aún no ha decidido si cerrará definitivamente si no aparece relevo. “Igual aguanto hasta Navidad”.
Fachada de la tienda Hiedras en el barrio de Iturrama en Pamplona. Navarra.com
Entre perchas, clientas fieles siguen viniendo a por camisas, camisetas, pantalones... “Todo ropa de mujer”, resume. Ha creado un espacio funcional y acogedor, donde prima lo práctico y lo cercano. Más que moda de escaparate, aquí se busca vestir con sentido común y buen gusto. Y eso, en tiempos de plataformas y prisas, también es un valor.
Sus hijos, Jaione e Iñaki, han salido adelante con sus propios caminos. Rosa lo dice con orgullo: “Mi hija ha sido muy valiente al dejar lo que no le gustaba”. Una valentía que, según ella, ha heredado de familia. “He sido siempre una valiente, pese a los problemas físicos”.
El local que ahora se traspasa aparece anunciado como una oportunidad lista para arrancar desde el primer día. Tiene 85 metros cuadrados, cuatro escaparates, baño y almacén, y está en muy buen estado general. La descripción resalta la “ubicación inmejorable” y el “alto tránsito de gente”. Y no es para menos: la tienda se encuentra en una esquina muy visible entre la calle Iturrama y la calle Iñigo Arista, una de las zonas comerciales más activas del barrio.
El cartel de “Se traspasa” cuelga ahora en la fachada de Hiedras, que ha resistido modas, crisis y hasta una pandemia. Queda por ver si alguien recoge el testigo. Rosa, por su parte, sigue abriendo cada mañana. Quién sabe hasta cuándo.
¿Tienes una tienda, un bar, un restaurante o un local comercial en Pamplona o alguna localidad de Navarra?
¿Quieres salir en nuestra sección de Comercio Local y que miles de personas conozcan todo lo que ofreces con una noticia y fotografías hechas por profesionales?
Escríbenos a esta dirección y hablaremos contigo para contactar cuando antes: [email protected]