David Cabrero, director de la residencia San Jerónimo de Estella, un centro que hasta el 27 de julio no había registrado ningún caso de Covid, aboga por la adopción de medidas preventivas (PCR o cribados) y por fomentar el dialogo antes que imponer la vacunación de manera obligatoria.
En un artículo, Cabrero reconoce que durante el año y medio de pandemia que llevamos ha vivido "montado en una montaña rusa de emociones, de protocolos, de cambios, de cambios y más cambios".
Recuerda que después de 35 días protegiendo a las 70 personas de la residencia, crecieron, se hicieron fuertes y se fortalecieron los vínculos entre el equipo de profesionales y las personas residentes.
Posteriormente tiraron tabiques, movieron muebles, crearon unidades de convivencia y la plantilla se adaptó para cambiar su forma de trabajo y así, apunta, con el paso del tiempo se hicieron más unidades y el equipo se volvió a adaptar.
Y el 27 de julio, con el 100 % de personas residentes vacunadas y el 90 % del personal trabajador y después de no haber tenido ni un solo positivo en toda la pandemia, la covid consiguió traspasar sus puertas para contagiar a 35 personas residentes y 11 trabajadoras.
De nuevo, subraya con orgullo, "emociona ver a toda la plantilla laboral dejándose la piel", llegando incluso en algunos casos dejando los cuidados que estaban prestando a su familia (dependientes, hijos pequeños...) para ayudar en una situación tan complicada.
"No quiero decir que seamos mejores que nadie ni mucho menos, los continuos cambios que la pandemia nos ha llevado a realizar han sido iguales que en otros centros residenciales. A donde quiero llegar es que, sin la cooperación de la plantilla, sin la implicación y sin el compromiso todos esos cambios no hubieran sido posibles", remarca.
En este contexto, ahora que se está valorando la obligatoriedad de la vacuna, aboga por fomentar el dialogo antes que imponer la vacunación de manera obligatoria.
"Es necesario vacunarnos, porque con la vacuna se minimizan los riesgos, se protege al equipo y a las personas residentes", sostiene, tras lo que apuesta por "liderar la vacunación desde la motivación, el dialogo y la seguridad".
Y es que, a su juicio, si se hace desde la imposición, juzgando, culpando y machacando a quienes no quieren vacunarse todos los cambios que se están haciendo resultarán más complejos.
Finalmente muestra su conformidad con las medidas aprobadas por el Ministerio de Sanidad para los centros sociosanitarios, pero considea que hay que ir "un paso más allá y cuidar al personal, para proteger a las personas residentes".
En este sentido demanda pruebas PCR a nuevas incorporaciones (residentes y trabajadoras), a personas tras periodos de ausencia (por vacaciones u otras cuestiones) y cribados esporádicos.