TOROS
La verdad contada por Javier Cortés, lo más destacado de la tarde en Tafalla con una oreja para cada diestro
El torero madrileño dejó los mejores momentos en una tarde en la que compartió cartel con Sánchez Vara y Esaú Fernández.
El torero madrileño dejó los mejores momentos en una tarde en la que compartió cartel con Sánchez Vara y Esaú Fernández.
INCIDENCIAS: Tafalla. Tercera de abono. Media plaza en tarde soleada y desapacible debido a las fuertes rachas de viento.
GANADO: Dos toros de Santa Teresa (1º y 3º) y cuatro de Couto de Fornilhos (2º, 4º, 5º y 6º). Bien presentados y de buen juego en general, destacando el tercero por su motor y el aquerenciado cuarto. Complicado el quinto.
TOREROS:
Sánchez Vara: silencio tras aviso y oreja
Javier Cortés: oreja y silencio tras aviso
Esaú Fernández: oreja y silencio.
La verdad de Javier Cortés fue lo más destacado en la tarde vivida este sábado en la plaza de toros de Tafalla. Se puso derecho, sin miramientos ni contemplaciones, y en los ratos en los que el viento le respetó, dejó muletazos de mucho peso.
El primero de su lote, que hizo segundo, se estampó de salida en el burladero de matadores, lastimándose el pitón izquierdo. Manseó en varas y acusó la querencia que acostumbran a desarrollar la gran mayoría de los toros en esta plaza. No olvidemos que en Tafalla, los astados ya han pasado por el ruedo de la plaza tres veces antes de la corrida: desencajonamiento, encierrillo y encierro. Con las consecuencias que ello supone y que, en muchas ocasiones, como hoy, dificultan la lidia.
En la muleta amagó con rajarse pero Javier Cortés lo supo meter en vereda. Buenas tandas, especialmente por el pitón derecho del toro, que consiguieron llegar al tendido. Mató de una estocada tendida y cortó una oreja de peso.
En su segundo, quinto de la tarde, cuyas hechuras dejaban entrever la sangre atanasio que todavía corre por las venas de este hierro, el madrileño volvió a dar una lección de saber estar delante de la cara del toro más complicado de la tarde. Vino con la predisposición con la que se va Madrid, y eso es de agradecer. Pinchó varias veces al toro y se esfumó la puerta grande. Una pena, pues habría sido la guinda a una tarde muy importante de Javier Cortés.
Sánchez Vara abrió plaza con un soso astado de Santa Teresa. Tiró de oficio y logró robarle unas cuantas tandas de mérito al toro. Más opciones tuvo con el segundo de su lote. Después de compartir el tercio de banderillas con el salto de la garrocha protagonizado por su subalterno "El Peque", dibujó una faena condicionada por la querencia y mansedumbre de un toro que, sin embargo, repitió en sus terrenos y permitió la lucidez del diestro. Mató de una estocada y cortó una merecida oreja.
Cerraba cartel el sevillano Esaú Fernandez. Se desmonteró su banderillero Raúl Cervantes tras una notable actuación con los rehiletes. Ya en la muleta, Esaú supo aprovechar el motor del animal, sin embargo pecó en demasiadas ocasiones de cierto aire ventajista.Tras una estocada rinconera, el soberano le premió con una oreja.
Brindó el que cerraba plaza al ganadero de Hermanas Azcona, casa en la cual el sevillano ha llevado a cabo numerosos tentaderos. Eligió los terrenos de la plaza donde menos molestaba el aire y diseñó una faena que no pasó de vulgar. En los tramos finales logró conectar con el tendido y, de no haber fallado con los aceros, probablemente hubiera vuelto a cortar un trofeo.