Leticia Romero (10/03/1988), árbitra de fútbol sala, debutó el pasado sábado en Segunda División B en el partido que se disputó en Bilbao entre el CD Gora Bilbao y el CD Juventud del Círculo. Recibió la noticia en verano, pero no ha sido hasta este mes de noviembre cuando le ha llegado la oportunidad de dirigir un partido:
“Había dos plazas en Segunda B y desde el Comité de Árbitros me llamaron para decirme que me veían preparada para ser una de las personas para ocupar una de las dos plazas. Lo vi como un reto y adelante”. El ascenso de Leticia en el arbitraje del fútbol sala tiene más mérito si cabe, no solo por el hecho de ser mujer, sino porque ha sufrido tres lesiones de rodilla que le podían haber coartado su progresión:
“No me esperaba subir de categoría, porque las lesiones en mi rodilla me han impedido arbitrar todo lo que hubiese querido en Tercera División. Aun así, creo que casi los dos años que he podido dirigir en esta categoría me han servido mucho para aprender y para estar preparada cuando ha llegado la oportunidad”. Para tomar contacto con la Segunda División B, al principio le fueron designando partidos en los que ejercía de crono, pero ha llegado el momento esperado de dirigir sobre la pista:
“Yo no soy de mesa; me he hecho árbitra para arbitrar, para estar en contacto con el juego. Por tanto, para mí fue muy importante el partido del sábado. Estuve muy tranquila, tranquilidad que me aportó el hecho de dirigir junto con el también árbitro navarro, Iñaki Castillejo. Es el más veterano de la categoría y ya desde que nos pusimos en viaje fuimos unificando criterios y dejando a un lado los nervios".
"El partido fue tranquilo y estuve muy a gusto. Lo cierto es que, con la pandemia, desde que llegas al recinto deportivo debes de aplicar todos los protocolos de seguridad y de higiene y te queda poco margen para los nervios o lo que no sea centrarte en el partido y todo lo que le rodea”. En cuanto a las sensaciones, Leticia Romero las describe muy bien: “Me sentí segura, con confianza y muy compenetrada con Iñaki Castillejo".
"Arbitramos sin pinganillo, una circunstancia que te obliga a una mayor concentración y compenetración con tu compañero”. Se marca objetivos que, poco a poco, va cumpliendo, pero Leticia tiene una máxima, ir escalando categorías siempre y cuando siga disfrutando de lo que hace: “Ahora sigo disfrutando y, sobre todo, sigo aprendiendo y continuo cogiendo experiencia en la categoría”.
