La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo ha ratificado la condena de alrededor de medio año de suspensión de empleo a dos guardias civiles del puesto de A Guarda (Pontevedra) debido a una falta muy grave de "abuso de atribuciones" por un altercado que protagonizaron borrachos y fuera de servicio en un local de alterne en el municipio pontevedrés de Oia.
Los agentes irrumpieron borrachos en un prostíbulo de la localidad, llegando a exigir uno de ellos a que le invitasen "a un polvo".
En un fallo del 16 de mayo, el Supremo desestima el recurso de casación impuesto por el guardia civil contra la sentencia del Tribunal Militar Central en la que se le condenaba a él y a su compañero, sargento, por unos hechos acontecidos en la madrugada del sábado 9 de septiembre de 2011.
LAS CHICAS PIDIERON AUXILIO A LA GUARDIA CIVIL Y OTRAS HUYERON POR EL MONTE
Así, se avalan los hechos considerados probados en los que ambos guardias civiles irrumpieron en un local de Oia con una "actitud prepotente y altanera", en donde su compañero exigió al dueño sexo gratis con una de las chicas, y tras abordar a dos mujeres, "comenzó a proferir insultos y amenazas" como: "Os vamos a meter a todas en un coche y a llevar" y "os vamos a joder a todas".
"Yo soy el sargento y se hace lo que yo diga", espetó el sargento mientras las obligaba a ponerse en fila y pedía su documentación, ante lo cual las chicas atemorizadas comenzaron a escaparse hacia las habitaciones de la planta superior y al monte. Algunas de ellas pidieron auxilio telefónico a la Guardia Civil.
Al lugar se desplazaron patrullas de guardia y a su llegada, cuando uno de los agentes recién llegados intentaba hablar con las mujeres para saber qué había pasado uno de los hombres que protagonizaban el altercado le recriminó: "¿Tú de qué vas?".
"NOOOO, YO NO ESTOY"
Los dos agentes involucrados llamaron pidiendo que enviaran a una patrulla para ayudarles en la identificación de las mujeres. El operador que atendió su llamada hizo mención a que tenían "la voz pastosa" fruto de la embriaguez e incluso llegó a oír al sargento decir: "¡Noooo, yo no estoy!".
"UN CLARO ABUSO DE ATRIBUCIONES"
En este sentido, el Tribunal Supremo remarca en su sentencia que está comprobado un "claro y reprochable episodio de abuso de atribuciones" de los guardias civiles involucrados.
Así, queda acreditada "no solo la notoria arbitrariedad de la conducta protagonizada por el recurrente y el sargento al que acompañaba, sino también el grave daño causado con ella a las empleadas del local, que se vieron obligadas a escapar de su presencia".
A esto se une el "evidente daño causado a la administración", ya que "hubo de activarse" el "correspondiente operativo de la Guardia Civil para comprobar lo que estaba sucediendo en el indicado local".