Silencio y emoción. Han sido las notas predominantes en los minutos previos al arranque de la cuarta corrida de la Feria del Toro de Pamplona, marcada por la trágica muerte del torero Víctor Barrio en la tarde del sábado durante su faena en la feria de Teruel.
Curro Díaz, el diestro que sólo 24 horas antes compartía paseíllo con Barrio, ha tenido el suficiente coraje para volver a enfundarse el traje de luces en Pamplona. "Estoy bien, si estoy aquí es porque me encuentro bien", ha confesado el matador.
Fue el propio torero de Linares el que tuvo que matar a 'Lorenzo', el astado de Los Maños que se llevó por delante a su compañero. Díaz, que ejercía de jefe de lidia en Teruel, intentó continuar con su faena pero, compungido como toda la plaza, decidió cancelar el festejo.
Curro Díaz sigue marcado por el recuerdo de esa tarde negra que nunca olvidará el mundo de la tauromaquia: "Fue una tarde muy complicada, pero era mi obligación como torero. Como hoy, nuestra obligación es venir a torear".
CRESPÓN DE LUTO
Todos los toreros, banderilleros y el resto de las cuadrillas de Curro Díaz, Iván Fandiño y Juan del Álamo han lucido un crespón negro en señal de luto. Así han emprendido el tradicional paseíllo, un paseíllo más emocional si cabe por ese recuerdo latente en cada uno de los diestros de lo ocurrido tan sólo un día antes: la escasa distancia entre vida y muerte cuando un matador hace frente a un toro.
Tras el paseíllo, toda la plaza de Pamplona ha guardado un intenso minuto de silencio compartido con las solemnes notas de La Pamplonesa. El enorme aplauso que ha llegado después ha inundado todo el graderío.
Los tres diestros de este sexto abono de la Feria del Toro han tenido un gesto de generosidad y humanidad al brindar sus toros al cielo, para que su recuerdo llegue a Víctor Barrio.