Los auxiliares de Protección Civil, llamados coloquialmente ‘naranjitos’, dispondrán estos Sanfermines de nuevos kioscos donde cobijarse del calor y de la lluvia gracias. Los trabajadores del Tajo de Soldadura del Ayuntamiento de Pamplona, uno de los programas de empleo social municipal, llevan varias semanas fabricando estos kioscos, en respuesta a una demanda del área de Seguridad y Convivencia Ciudadana.
El encargo recoge ocho templetes, de los que ya está listo un primer prototipo. Se trata de una estructura metálica con una altura de 2,10 metros y unas dimensiones de 2,5 metros cuadrados. La base será de baldosas de hormigón y la cubierta, de lona, correrá a cargo del Tajo de Tapicería. Además, disponen de un pequeño toldo retráctil, de metro y medio, que podrá extenderse o plegarse en función de la climatología.
Una vez finalizadas todas las estructuras, se pintarán y se encargarán las cubiertas. Los ocho kioscos serán repartidos en zonas estratégicas durante las fiestas de San Fermín, para hacer más cómoda la labor de los auxiliares de Protección Civil.
Éste es uno de los múltiples encargos que recibe el Tajo de Soldadura a lo largo del año. Este servicio, inscrito dentro del programa de Empleo Social del Ayuntamiento, atiende las demandas de todas las áreas municipales, realizando labores muy variopintas, desde trabajos ornamentales a productos del día a día.
Así, fabrican y arreglan puertas, módulos aparcabicis, vallas, carros funerarios, pasamanos, cañones para el disparo de los fuegos artificiales y paneles informativos, entre otros cometidos, pero también deben replicar llaves obsoletas o incluso arreglar los cascos de gala de Policía Municipal. Además, atienden también encargos de otras administraciones. Se trata, en definitiva, de ofrecer un servicio de interés social que revierten en la mejora de la ciudad y la ciudadanía.
Para ello el tajo cuenta con entre siete y nueve trabajadores, en función de las épocas del año, todos ellos personas en situación de exclusión social y en su mayoría perceptoras de Renta Garantizada. A través de contratos de seis meses, que pueden ser renovados por seis meses más, estas personas acceden a un oficio y mejoran su empleabilidad.
Se trata, de hecho, de un itinerario de incorporación sociolaboral, que en el Tajo de Soldadura pasa por distintas fases. Las peculiaridades del trabajo requieren, primero, dos o tres meses de formación para aprender a manejar la soldadura y aprender a soldar. Pasado ese tiempo, el personal accede ya al taller, para la realización de trabajos en grupo y colaborativos.
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