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SOCIEDAD

El pamplonés Miguel Bergasa, el fotorreportero del factor humano e infatigable viajero

Ha recorrido Sudamérica de punta a punta realizando fotorreportajes en los que resalta magistralmente el factor humano de aquellas culturas.

Una imagen del fotógrafo navarro Miguel Bergasa sobre una de sus instantáneas sobre el Carnaval de Ouro Bolivia.

Miguel Bergasa (Pamplona, 1951) es un fotorreportero singular; su modus vivendi no ha sido la fotografía, si bien nadie lo diría por la calidad de su obra. Ciertamente su formación ha sido técnica en telecomunicaciones y a ello ha dedicado toda su vida laboral. En los tiempos que sólo había dos canales de televisión (VHF y UHF), era el vigilante de que la señal llegase a todo Navarra.

Aunque pueda parecer extraño en aquella ocupación se encuentra el secreto de sus reportajes: trabajaba una semana completa, como un anacoreta en la cumbre de la Higa de Monreal, lo cual le reportaba mes y medio de vacaciones anuales que las dedicaba a viajar para hacer reportajes. Así, su vida ha discurrido en un perfecto equilibrio entre tres facetas ocupacionales: teleco, viajero y fotorreportero.  Hasta el 4 de mayo presenta en la Galería Ormolú de Pamplona la exposición ‘Paisajes y Soledades’ una línea que difiere de sus colecciones habituales.

Foto 01. La Mancha Ciudad Real (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)
Foto 01. La Mancha Ciudad Real (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)

Durante décadas, Bergasa ha recorrido Sudamérica de punta a punta, inmortalizando gentes de todo tipo. Y es que el factor humano es invariable en la mayor parte de sus colecciones fotográficas. Llama la atención los rostros de sus figurantes porque sus profundas miradas transmiten algo más que un simple posado. En ciertas culturas hay la creencia de que al fotografiar a una persona se roba su alma. Desde luego Bergasa no substrae el alma de los retratados, pero al menos saca a la luz la esencia del ser humano que se enfrenta a su objetivo.

Foto 02. El Chaco Paraguay (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)
Foto 02. El Chaco Paraguay (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)

Del Bergasa reportero hay que destacar dos cualidades: la perseverancia que le lleva a conseguir metas insospechadas; y la meticulosidad, es un perfeccionista que cuida desde la toma de fotografías -viaja con material de gran formato de peso considerable-, hasta la edición de los libros con sus fotografías en los que cuida con esmero todos los detalles: tapa, cosido, papel, tinta…

Foto 03. Athapi Bolivia (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)
Foto 03. Athapi Bolivia (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)

Sus reportajes de Latinoamérica son un viaje en el túnel del tiempo. De sus colecciones fotográficas, la más asombrosa y original es la dedicada a los menonitas de Nuevo Durango (Paraguay) en un ambiente anclado en el siglo XIX.

Foto 04. Boda en Cuba 1991 (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)
Foto 04. Boda en Cuba 1991 (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)

Los menonitas o seguidores de Menno Simons, conforman una secta religiosa, nacida tras la reforma luterana del siglo XVI en Holanda, Suiza y Alemania. Se aíslan de la vida moderna para alejarse de los peligros del progreso en donde sólo ven el peligro de caer en el pecado. Entre ellos se entienden en un dialecto antiguo del alemán; estudian de los 6 a los 12 años, como única asignatura, la Biblia.

Son endogámicos -explica la alta tasa de mortalidad infantil- con facciones y apariencia germánicas -ojos azules, pelo rubio, piel blanca y altura elevada-. Históricamente errantes en parte por huir de los peligros del pecado y en parte por ser pacifistas e insumisos al servicio militar obligatorio. Hay asentamientos de menonitas en México, Bolivia y Paraguay; unos tienen disciplina más laxa, mientras que los de Nuevo Durango son ortodoxos estrictos.

¿Cómo fueron sus inicios en la fotografía?

Iba, con mi amigo Adolfo Martínez, a las “picotas” y a las monográficas que se organizaban en la Agrupación Fotográfica y Cinematográfica de Navarra (AFCN). El selectivo lo hice en Zaragoza, en el colegio mayor tenían un laboratorio en donde empecé a trastear.

Foto 05. Carnaval de Ouro Bolivia (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)
Foto 05. Carnaval de Ouro Bolivia (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)

¿En Madrid contactó con el mundillo fotográfico?

En el piso de estudiantes de Madrid montamos un laboratorio. De febrero a junio en los colegios mayores se organizaban concursos fotográficos en los que participábamos para sacarnos unas pelas. He sido coetáneo de la generación de los setenta, una serie de pipiolos que estábamos aprendiendo, como: Cristina García Rodero, Rafael Levenfeld, Antonio Tabernero, Ángel Sanz, Jesús Cardeñosa… Nos dejábamos llevar por las modas que había entonces, era además la época del destape.

Foto 06. Zubieta. Navarra 1991 (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)
Foto 06. Zubieta. Navarra 1991 (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)

¿Llegó a conocer algún fotógrafo consagrado?

Acudía a la Real Sociedad Fotográfica de Madrid, similar a AFCN, en donde llegué a conocer algunos miembros de la Escuela de Madrid, que se autodenominaban La Palangana: Gabriel Cualladó, Gerardo Vielba y Paco Gómez. Para los fallos de los concursos fotográficos llevaban un jurado mixto: un representante de la Escuela de Madrid afín a la revista Arte Fotográfico y alguien de la línea vanguardista representada por la revista Nueva Lente: Jorge Rueda, Pérez-Mínguez y Carlos Serrano. Entre los dos “bandos” se organizaban polémicas que duraban hasta la madrugada.

Foto 07. Fotografía colgada en la exposición de la Galería Ormolú. Salar de Uyuni. Bolivia 2009 (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)
Foto 07. Fotografía colgada en la exposición de la Galería Ormolú. Salar de Uyuni. Bolivia 2009 (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)

¿Qué fotos hacía en aquella época?

Con la primera cámara que me compré, iba los domingos al Rastro. Hacía cositas para intentar ganar algún premio. En junio cuando venía a casa de mis padres hacía fotos de naturaleza que es la exposición que en estos momentos presento en la Galería Ormolú de Pamplona.

Foto 08. Fotografía colgada en la exposición de la Galería Ormolú. Izaga Navarra 1976 (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)
Foto 08. Fotografía colgada en la exposición de la Galería Ormolú. Izaga Navarra 1976 (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)

¿Cómo nace su interés por Sudamérica?

Siempre he tenido interés por Latinoamérica. En los años 70 estaban de moda la cultura y la música sudamericana, en particular a mí me gustaba la argentina como Los Chalchaleros. Después del golpe de Estado de Chile de Pinochet hubo muchos exiliados en Madrid.

Foto 09. Carnaval de Puno. Perú 2014 (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)
Foto 09. Carnaval de Puno. Perú 2014 (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)

¿Cuándo inicia sus viajes a Latinoamérica?

En 1983 me vine a trabajar a Pamplona, bueno exactamente a la Higa de Monreal, en donde trabajaba la semana completa. Aquel año, me correspondían mes y medio de vacaciones. Contacté con un compañero de piso de Madrid que trabajaba en Asunción. Me atraía Paraguay porque es el país menos conocido de Sudamérica, aparte de retroceder el tiempo, es una fuente de imágenes espectaculares. Además, en las vivencias no hay barrera idiomática, el contacto con las gentes es directo para poder dialogar y fotografiarlos.

Foto 10. Challa Bolivia (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)
Foto 10. Challa Bolivia (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)

¿De dónde viene su conocimiento de los menonitas?

En mi primer viaje a Latinoamérica, un día paseando por Asunción me encontré con una pareja, un hombre y su hija, con un atuendo peculiar vendiendo queso. El choque era tremendo, eran altos, ojos claros y pelo rubio. Mi amigo me dijo que eran menonitas que vivían en El Chaco, que es un territorio muy despoblado del tamaño de media España.

¿Cuándo decide hacer un reportaje sobre los menonitas?

En aquel tiempo había llegado la película Único testigo que trascurre en una comunidad Amish de los EEUU con cierta similitud a los menonitas. Propuse hacer un documental sobre esta secta a Enrique Urdanoz y Alicia Gómez Montano que trabajaban en TVE en Navarra como cámara y periodista respectivamente. Yo había visitado Paraguay en el 85 y en 86, en ambas ocasiones me había topado con menonitas por las calles de Asunción. Hablé con Turismo de Paraguay me dieron todo tipo de facilidades. En 1988 viajé a Paraguay con Urdanoz.

Foto 11. Menonitas de Nuevo Durango (Paraguay) en una carreta característica (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)
Foto 11. Menonitas de Nuevo Durango (Paraguay) en una carreta característica (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)

Los miembros de esas comunidades no se dejan fotografiar, ¿cómo lo consiguieron?

Nos facilitó las credenciales y el vehículo con chófer que nos proporcionó Turismo; pero lo difícil fue localizar el asentamiento. Primero fuimos a El Chaco donde hay varias comunidades de menonitas, pero no eran los ortodoxos que buscábamos.

Foto 12. Entierro de un niño en la comunidad menonita de Nuevo Durango (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)
Foto 12. Entierro de un niño en la comunidad menonita de Nuevo Durango (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)

Nos volvimos a Asunción con cierta frustración, casualmente los encontramos en la calle vendiendo queso. El chófer nos facilitó la localización: estaban en Curuguaty cerca de la frontera de Brasil. Al día siguiente salimos a las 5 de la madrugada, recorrimos 400 km, 200 por carretera y 200 por pista. Gracias a las credenciales, exceptuando en la iglesia, pudimos tomar imágenes en toda la colonia.


¿Aquel reportaje tuvo repercusión?

El documental se vendió a Documentos TV. Y el reportaje fotográfico con los textos de Alicia -que al final no pudo ir-, lo vendí a la revista GEO, al País Semanal y a una revista noruega.

Mennonitas: Un mundo aparte from miguel bergasa on Vimeo.

¿Con qué cámaras fotográficas ha trabajado?

Mi primera cámara, en paso universal, fue una Asahi Pentax Spotmatic SP, luego me pasé a Nikon. En formato grande tuve una Zenza Bronica que trabajé en tamaño 4,5x6, luego la cambié por una Mamiya 6x7.

Foto 13. Sij. India 1991 (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)
Foto 13. Sij. India 1991 (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)

Siendo técnico de formación y de profesión, teniendo en cuenta las cámaras actuales con multitud de prestaciones, ¿ha utilizado la tecnología en sus fotografías?

No soy nada forofo de las cámaras, las actuales tienen tal cantidad de chuminadas que no tengo paciencia para esas cosas. De ellas sólo me interesa: sota, caballo y rey. Con los años me he percatado que en el mundo de la fotografía hay gente que lo único que le interesa es las cámaras. A otros lo que nos interesa es la fotografía.

Foto 14. San Gregorio Ostiense. Navarra (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)
Foto 14. San Gregorio Ostiense. Navarra (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)

Entonces, ¿cómo fue su transición a la fotografía digital?

En 2006 hice un reportaje con Enrique Urdánoz en Bolivia sobre las misiones jesuíticas; me llevé blanco y negro, diapositivas y una camarita digital Sony. Repetí las fotos de color con la Sony. Comprobé que en los sitios donde no había condiciones con la digital la foto salía, mientras que en diapositivas quedaban negras. A partir de entonces no he vuelto a utilizar diapositivas. Para aprovechar los objetivos me compré una cámara digital Nikon.

Foto 15. Viernes Santo. México 1995 (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)
Foto 15. Viernes Santo. México 1995 (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)

Tiene una multitud de libros editados. ¿No deja de ser una paradoja que disponiendo de un blog tenga un afán en dejar su legado fotográfico en formato papel?

En 1981 edité mi primer libro conjuntamente con Pío Guerendiain, José Torregrosa y Carlos Cánovas. En aquella época, imprimir un libro con tus fotos era un sueño. Sin embargo, editar un libro de 300 o 400 ejemplares es ruinoso, porque nadie compra libros de fotos y ahora menos con internet. Hace años Celso junior de Camera me abrió un mundo con la posibilidad de hacer un libro de autor en baja tirada a un precio aceptable. Posteriormente he cambiado a otras editoriales buscando más calidad. Así he editado varios libros por temas.

Foto 16. Aviones carniceros. Bolivia 1990 (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)
Foto 16. Aviones carniceros. Bolivia 1990 (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)

Tras editar libros con temas monográficos, ¿por qué hace uno popurrí de todos?

Me recomendaron hacer un libro recopilatorio. A través de Ulzama Digital, que se portaron muy bien conmigo, edité Miguel Bergasa fotografías, un libro cosido y con tapa dura con 160 fotos de mis colecciones: Después del tiempo , Ritos y otras tradiciones, Paisajes, Miradas en Latinoamérica, Sanfermines , Aviones carniceros, Diez días en la India, Menonitas.

Foto 17. Ramón Gastón, practicante de Santacara. Navarra (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)
Foto 17. Ramón Gastón, practicante de Santacara. Navarra (Fotografía Miguel Bergasa, cortesía del autor)


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El pamplonés Miguel Bergasa, el fotorreportero del factor humano e infatigable viajero