Entre los años 2014 y 2018 el cáncer fue la causa de muerte de, aproximadamente, la mitad de los fallecimientos en la población de entre los 25 y 64 años de Navarra, en concreto el 49%. En segundo lugar, se encuentran los fallecimientos por enfermedades cardiovasculares (18%), seguidos de aquellos por causas externas (12%) y por enfermedades digestivas, el 4%.
Así queda reflejado en los datos recogidos en el último Boletín de Salud Pública sobre mortalidad y estilos de vida relacionados con la salud, en la población de 25 a 64 años.
La población adulta de Navarra ha experimentado un claro descenso del riesgo de muerte en las tres últimas décadas, salvo en las mujeres de 55-64 años, en las que la mortalidad se mantuvo estable. Un considerable porcentaje de las muertes en este grupo de edad fue por enfermedades y lesiones que podrían haberse evitado. Entre las principales causas de mortalidad evitable se incluyen la cardiopatía isquémica, el cáncer de pulmón y cáncer colorrectal, enfermedades relacionadas con el alcohol, accidentes de tráfico y suicidio.
DESCIENDEN A LA MITAD LAS MUERTES POR CÁNCER DE MAMA DESDE 1990
Las muertes por cáncer de mama se han reducido a la mitad desde 1990 en las mujeres de 25 a 64 años de Navarra. Desde ese año se oferta a las mujeres de 45-69 años el cribado mediante mamografías periódicas en el marco del programa de Detección Precoz de Cáncer de Mama. Dicho programa, unido a las mejoras organizativas en el proceso diagnóstico y tratamientos más eficaces, han contribuido al fuerte descenso de la mortalidad por esta causa que era responsable del mayor número de fallecimientos por cáncer en las décadas de 1980 y 1990 en las mujeres de Navarra, y que actualmente ha sido superada por el cáncer de pulmón, ha informado el Ejecutivo.
El descenso de la mortalidad por cáncer gástrico en Navarra sigue el patrón mundial. Este descenso precedió a la reducción exitosa de la infección por Helicobacter pylori, y es probablemente atribuible a mejoras en el abastecimiento de agua y en la conservación de los alimentos, y a la mayor disponibilidad de fruta y verdura fresca.
NO DISMINUYE LA MORTALIDAD POR CÁNCER COLORRECTAL
La mortalidad por cáncer colorrectal no ha disminuido en Navarra en las últimas décadas. En los países de la OCDE, las tasas globales descendieron cerca del 10% entre 2000 y 2015, con descensos superiores al 30% en Austria, Bélgica y Alemania, y descensos ligeros en algunos países como España; sin embargo, aumentó en otros países como Croacia. La extensión de programas poblacionales de cribado dirigidos a la población de 50 a 70 años parece explicar buena parte de estas diferencias. En 2014 se inició el programa en Navarra, por lo que es previsible que su impacto se vea en los próximos años.
La generalización del consumo de tabaco en las mujeres de Navarra en las últimas décadas, la implantación de programas para ayudar al abandono tabáquico y la prevención del inicio del tabaquismo tienen impacto evidente en las tendencias de varios tipos de cáncer asociados a este hábito. En los hombres, la disminución del tabaquismo se refleja en las menores tasas de mortalidad por cáncer de pulmón, laringe, vejiga o cavidad bucal. Existe, sin embargo, un margen de mejora importante porque continúa habiendo una prevalencia de tabaquismo elevada y las tasas de mortalidad por cáncer de pulmón se encuentran por encima de las de bastantes países de la UE, ha añadido.
Entre las mujeres, el tabaquismo se popularizó en las cohortes nacidas entre 1950 y 1960, que en el último quinquenio tenían alrededor de 60 años y una mortalidad por cáncer de pulmón disparada. En estas cohortes de mujeres han disminuido otras causas de muerte, como el cáncer de mama, estómago, accidentes de tráfico o enfermedad cardiovascular, pero el aumento de las muertes relacionadas con el tabaco da lugar a un estancamiento de la mortalidad total.
ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR Y POR CIRROSIS HEPÁTICA
El importante descenso de la mortalidad por enfermedad cardiovascular, incluido ictus e infarto de miocardio, se ha relacionado con cambios en factores riesgo como el tabaquismo en hombres, el control y tratamiento de la hipertensión arterial, las hiperlipemias y la mejora en el tratamiento hospitalario y en la prevención secundaria tras un primer evento cardiovascular. También han podido contribuir el aumento del ejercicio físico en el tiempo libre, mejoras en la alimentación y el mayor nivel educativo de la población.
El descenso de la mortalidad por cirrosis hepática es atribuible a la disminución en el consumo excesivo de alcohol, en la incidencia de infecciones por el virus de la hepatitis B y C, y a las mejoras de los tratamientos. En ambos sexos, entre los 25-64 años, se advierte el impacto de los programas y de los cambios legislativos destinados a disminuir la accidentabilidad, fundamentalmente la debida a los accidentes de tráfico. La epidemia de VIH produjo una elevada mortalidad en el grupo de 25-34 años en las décadas de 1980 y 1990. La prevención primaria y la mejora de los tratamientos han contribuido al descenso de las defunciones.
MÁS FALLECIMIENTOS POR SUICIDIO QUE POR ACCIDENTES DE TRÁFICO
En este grupo de causas de muerte destacan por su frecuencia los accidentes de tráfico de vehículo de motor, los suicidios y las caídas accidentales.
En el quinquenio 2014-2018 se registraron más fallecimientos por suicidio que por accidentes de tráfico de vehículo de motor, en contraposición a lo que ocurría a finales de la década de 1990 cuando la tasa de muertes por accidentes de tráfico triplicaba en hombres y duplicaba en mujeres la mortalidad por suicidio.
En el quinquenio 2014-2018, se registraron en Navarra, aproximadamente, 30 fallecimientos en personas de 25-65 años por suicidio cada año, 20 por accidentes de tráfico de vehículo de motor y otros accidentes de transporte y 10 por caídas accidentales.
Destaca el importante descenso de los fallecimientos por accidentes de tráfico de vehículo de motor en ambos sexos en las ultimas 3 décadas, de 35 a 8,5 por 100.000 en hombres y de 8,3 a 1,7 en mujeres, lo que supone una reducción a una cuarta parte las muertes debidas a estos accidentes. Tomando como referencia la década de 1980, en el último quinquenio se estima que se habrían evitado aproximadamente 60 fallecimientos por esta causa al año, es decir, 1 fallecimiento cada semana, según los datos recogidos.
La mortalidad por suicidio y caídas accidentales se ha mantenido estable, con ligeras oscilaciones durante los últimos 30 años.
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