El Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) ha registrado un total de 221 actos de apoyo a ETA en los primeros seis meses de 2023, 32 de los cuales han tenido lugar en Navarra. Esta cifra supone una disminución en un un 32% respecto del mismo periodo de 2022, en el que Covite contabilizó 325 actos. A pesar de ello, Covite ha considerado que el número de actos de apoyo a ETA registrados sigue siendo muy elevado, lo cual es un indicativo de que "el culto a ETA y a sus terroristas está lejos de desaparecer del espacio público".
Un dato que el Colectivo ha estimado muy positivo es la total desaparición de los homenajes a la salida de prisión de miembros de ETA, los conocidos ‘ongi etorris’, al no haber registrado ninguno en lo que va de año, lo cual es "una total excepción en la historia de nuestro Observatorio de radicalización y una muy buena noticia para las víctimas, al tratarse de los actos más humillantes que podíamos presenciar", ha declarado Consuelo Ordóñez, presidenta de Covite.
Del total de los actos de apoyo a ETA documentados, 82 han tenido lugar en Guipúzcoa; 73 en Vizcaya; 32 en Navarra; 20 en Álava; 10 en otras provincias, principalmente en Cataluña; y 4 en el extranjero, concretamente en el País Vasco francés.
En cuanto a la tipología de los actos, los datos de Covite revelan que los que más se han producido han sido las pintadas y pancartas de apoyo a ETA, con un total de 91 registradas, así como las manifestaciones para exigir la amnistía de los etarras presos, con un total de 81.
También ha habido 19 homenajes públicos a miembros de ETA fallecidos en los aniversarios de su muerte, lo cual, a juicio de Covite, "es una exaltación del historial criminal de esas personas totalmente indigna y humillante, que solo ocurre en el País Vasco y en Navarra ante la pasividad total de una parte de la sociedad y de las instituciones".
El resto de los actos de apoyo a ETA documentados han sido 3 fiestas populares que se instrumentalizaron para lanzar proclamas a favor de ETA y de sus presos; y otros 27 actos que no pueden clasificarse en ninguna de las categorías anteriores, como charlas o presentaciones de libros de etarras en espacios públicos como las casas de cultura de distintas localidades del País Vasco o Navarra.
Covite ha constatado que, con el final de la política penitenciaria de dispersión, las reivindicaciones de la izquierda abertzale han pasado a exigir "sin eufemismos ni disimulos" la excarcelación de los presos de ETA, en la mayoría de los casos bajo el eslogan ‘Etxera’ (a casa). "Nunca han querido el final de la dispersión. Su único objetivo siempre ha sido la excarcelación de todos los presos de ETA, la impunidad total, por eso los llaman ‘presos políticos’ y siempre han criticado sus detenciones, juicios y posteriores encarcelamientos", ha reprochado Consuelo Ordóñez.
Asímismo, ha asegurado que "prácticamente todos los días denunciamos pintadas, pancartas o manifestaciones de apoyo a ETA en nuestras redes sociales; la presencia de mensajes de apoyo a ETA y a los etarras en el espacio público no ha desaparecido, y resulta asfixiante".
Ordóñez ha insistido que "las calles y los espacios públicos en Euskadi y Navarra siempre han sido un escaparate de las reivindicaciones de la izquierda abertzale, y todavía hoy lo son. Centenares de jóvenes están creciendo con la idea de que los terroristas son héroes. Reivindicar la amnistía para quienes están en la cárcel por crímenes gravísimos podrá ser legal, pero es un claro síntoma de anormalidad moral".
Covite ha calificado a la izquierda abertzale y su actitud de glorificación y justificación del terrorismo de ETA como "el mayor obstáculo para la convivencia en el posterrorismo", puesto que una convivencia en paz y libertad siempre será incompatible con «la existencia de una identidad política que se construye sobre el desprecio a las víctimas de ETA". En este sentido, el Colectivo ha considerado "cinismo puro" las lecciones de la izquierda abertzale en materia de paz y convivencia.
"Exhibir públicamente carteles con fotografías de los asesinos de nuestros familiares, y hacerlo además con jactancia y orgullo, supone un ataque a las bases éticas más elementales sobre las que se debe construir una sociedad digna y democrática". El Colectivo ha remarcado, una vez más, la necesidad de que desde las instituciones públicas "se impulsen políticas de desradicalización violenta y se haga pedagogía para deslegitimar el terrorismo de ETA", especialmente desde las instituciones vascas y navarras.
La presidenta de Covite ha recriminado a las autoridades que los esfuerzos de prevención de radicalización, incluido el Plan Nacional de Prevención, "se hayan centrado durante todos estos años en el yihadismo y hayan ignorado el principal foco de radicalización que teníamos y tenemos en España, que es el ultranacionalismo vasco existente en Euskadi y Navarra. Las políticas públicas de desradicalización y de prevención de la radicalización violenta abertzale brillan por su ausencia".
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