SOCIEDAD
Una experta alerta sobre un cáncer común que sigue detectándose tarde pese a los avances
Uno de los principales problemas en su abordaje es la "negación de la enfermedad", pues algunos pacientes no buscan atención médica.

El cáncer de piel continúa detectándose tardíamente a pesar de ser el tipo de cáncer más común en el mundo, con un tercio del total de diagnósticos globales.
Así lo ha advertido la doctora Sonia Beá Ardébol, dermatóloga y experta en tumores cutáneos complejos, quien participará en el Simposio Novedades en Dermatología 2025, organizado por la Universidad Francisco de Vitoria.
Según la especialista, el carcinoma basocelular es el tipo más frecuente, ya que representa el 80% de los casos. Sin embargo, muchos pacientes no buscan atención médica a tiempo, ya sea por falta de información, por restar importancia a los síntomas o por dificultades de acceso, como ocurre en el caso de personas mayores en residencias o personas que viven solas.
“Es vital que los pacientes se familiaricen con los signos de alerta temprana, como lesiones que crecen o que no cicatrizan”, ha subrayado Beá Ardébol. “Cualquier lesión que sangre o se mantenga sin curar debe ser evaluada por un dermatólogo, independientemente de su localización”, ha añadido.
A pesar de los avances terapéuticos recientes, el abordaje del cáncer de piel sigue siendo un reto clínico. Muchos pacientes no perciben la gravedad de las lesiones hasta que el tumor ya está en una fase avanzada, lo que complica su tratamiento.
No obstante, la doctora Beá ha destacado que el tratamiento del carcinoma basocelular ha experimentado un notable desarrollo en la última década, gracias a la incorporación de inhibidores de la vía Hedgehog y la inmunoterapia. Estas técnicas han permitido controlar clínicamente el 90% de los casos sin necesidad de recurrir a cirugías agresivas.
“Hace diez años no imaginábamos tratar estos tumores sin cirugía”, ha afirmado la especialista, quien ha explicado que estas terapias permiten controlar el crecimiento tumoral sin dejar secuelas funcionales ni estéticas.
Entre las nuevas estrategias, también ha resaltado el uso de la neoadyuvancia, un enfoque que busca reducir el tamaño del tumor antes de intervenir quirúrgicamente, y que está transformando la manera de tratar este tipo de cáncer. “Estamos avanzando hacia un modelo en el que la cirugía será cada vez menos necesaria”, ha recalcado.
La doctora Beá ha insistido en la necesidad de ofrecer un tratamiento integral y multidisciplinar, especialmente en casos en los que los tumores afectan a zonas visibles como el rostro, donde el impacto estético puede afectar también a la salud emocional y social del paciente.
Por ello, ha defendido un modelo asistencial en el que intervengan no solo dermatólogos, sino también oncólogos, cirujanos plásticos, enfermeros, psicólogos y nutricionistas. “El cáncer de piel no solo pone en juego la salud física, sino también la calidad de vida”, ha concluido.