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SALUD

Los 10 consejos clave de Cinfa para proteger la piel de los rayos de sol en verano

Entre los efectos nocivos de las radiaciones solares se encuentran las quemaduras, el fotoenvejecimiento, las manchas o el cáncer de piel. 

Dos mujeres pasean por un parque en Mutilva Baja durante una ola de calor del verano de 2021. MIGUEL OSÉS
Dos mujeres pasean por un parque en Mutilva Baja durante una ola de calor del verano de 2021. MIGUEL OSÉS

Muy pronto, los españoles podrán disfrutar del primer verano en tres años sin mascarillas, restricciones a la movilidad y limitaciones de aforos en playas y piscinas. Como advierte el doctor Julio Maset, médico de Cinfa, “la eliminación de las medidas frente a la covid-19 y de las restricciones puede originar una sensación de ‘libertad recobrada’ que, sumada a las ganas acumuladas de disfrutar del tiempo libre y las altas temperaturas, nos puede llevar a relajarnos a la hora de protegernos del sol. Por ello, es necesario insistir en la necesidad de exponernos con responsabilidad para evitar que sus rayos dañen nuestra salud”. 

Entre los efectos nocivos de las radiaciones solares se encuentran las quemaduras, el fotoenvejecimiento, las manchas o, a largo plazo, el cáncer de piel. Sin embargo, como resume el doctor Maset, “aunque estamos convencidos de tener conciencia de estos riesgos, el estudio de Cinfa “Percepción y hábitos de salud de la población española en torno a la fotoprotección” ya reflejó, antes de la pandemia, que la asignatura pendiente en la práctica es la aplicación correcta del fotoprotector”.

Y es que solamente entre dos y tres de cada cien personas siguen las tres medidas que garantizan la eficacia del producto: aplicárselo treinta minutos antes de tomar el sol, renovar la fotoprotección cada dos horas y reaplicarlo tras bañarse o secarse.

De igual modo, para asegurar su eficacia, los productos deben estar avalados científicamente y proteger de los diferentes tipos de radiaciones solares –ultravioleta (UVA y UVB), infrarrojos (IR-A) y visible-. En función del tipo de piel, se necesitará uno u otro factor de protección, pero nunca deberá ser menor de 30. “Por otra parte –insiste el experto-, debe aplicarse media hora antes de la exposición y reaplicarse cada dos horas y cuando nos bañemos”.

Dosificar las horas al sol

Además, para evitar daños en nuestra piel, la mejor medida preventiva es reducir el tiempo de exposición solar. Para ello, el experto de Cinfa propone “dosificar el número de horas que pasamos bajo el sol. Sobre todo, los primeros días de playa, naturaleza o piscina, conviene controlar el tiempo y, por ejemplo emplear fotoprotección 50, empezar por una hora de exposición y luego ir prolongando este tiempo, pero siempre fuera de las horas centrales del día y sin llegar a abusar. Dependiendo del tipo de piel, podrá posteriormente pasarse a una protección 30, pero nunca menos”.

También es necesario recurrir a barreras físicas como sombreros o gafas de sol y, en caso de querer llevar puesta la mascarilla en exteriores, hay que recordar que esta no nos protege de las radiaciones solares, por lo que la fotoprotección continúa siendo fundamental. “Pese a lo que nos pueda parecer, los rayos solares atraviesan la mascarilla y penetran en nuestra piel. Por ello, si queremos resguardar nuestro rostro de las radiaciones, cada día y antes de salir de casa hemos de aplicarnos fotoprotector por toda la cara”.

Diez consejos para disfrutar del sol con responsabilidad:

  • Aplícate el fotoprotector todos los días y antes de salir de casa. Para resguardar la piel de tu rostro y, además, evitar las manchas y el fotoenvejecimiento prematuro, aplícate el fotoprotector por toda la cara y en el resto de zonas descubiertas, diariamente, y antes de salir de casa. Incluso en invierno, el sol quema.
  • No abuses del sol. Sobre todo, ahora que va a comenzar el verano y, dentro de poco, las vacaciones, no permanezcas más de una  hora bajo el sol en los primeros días de playa o piscina y emplea siempre fotoprotector. Posteriormente, puedes ir aumentando poco a poco el tiempo de exposición.
  • Evita la exposición solar en las horas centrales del día. Los rayos solares son más fuertes y perjudiciales entre las 12 de la mañana y las 4 de la tarde. También la altitud aumenta la peligrosidad del sol, así como algunos tipos de nubosidad y el agua, la arena, la hierba o la nieve, que reflejan las radiaciones.
  • Consulta los índices ultravioleta (IUV). Antes de la exposición al sol o una actividad al aire libre, conviene informarse sobre la intensidad de las radiaciones a través de canales como la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET): a partir de un índice 6, el riesgo es alto y se deben extremar las medidas de fotoprotección.
  • Utiliza un fotoprotector adecuado a tu fototipo y a las circunstancias de la exposición. Nunca te apliques factor de protección inferior a 30 y elige productos cuyo envase especifique que protege de todos los tipos de radiaciones solares: la ultravioleta, la infrarroja y la visible. Póntelo media hora antes de exponerte al sol y reaplícalo cada dos horas y tras el baño o transpirar, acordándote de secar bien la piel antes. Elige, además, bálsamos labiales con filtros solares.
  • Protege tu cuerpo con la ropa adecuada y usa sombrero. Para sobrellevar el calor e, incluso, proteger tu piel de lesiones por rozaduras, mejor opta por prendas holgadas y ligeras, de tejidos frescos y naturales como el lino y el algodón, y colores claros. Respecto a la gorra o sombrero, uno de ala ancha proyectará sombra a tu rostro y cuello, además de cubrir tu cabeza.
  • Utiliza gafas de sol para evitar los daños oculares. Es necesario que las gafas tengan una protección 100% frente a los rayos UV y, solo si están homologadas por la Unión Europea, se puede garantizar que así sea. Las que mejor protegen los ojos y la piel que los rodea son las gafas de tipo envolvente.
  • La sombra, tu mejor aliada. Resguárdate de los rayos del sol bajo los árboles o usa una sombrilla, pero no olvides que su protección no es total: deberás aplicarte fotoprotección igualmente. Los reflejos en el agua o la arena, pueden quemar incluso estando a la sombra.
  • Educa a tus hijos sobre la necesidad de protegerse del sol. Los niños menores de 1 año nunca deben ser expuestos directamente al sol y, cuando tienen 2 o 3 años, sus padres deben extremar todas las medidas de fotoprotección (prendas de vestir, gorros y gafas de sol), así como aplicarles fotoprotectores específicos para niños con SPF 50+ y el símbolo. Sobre todo, trata de educar y concienciar a tus pequeños de los riesgos que entrañan las radiaciones predicando con el ejemplo.
  • Ten mucho cuidado con las salas de bronceado. El bronceado artificial no protege frente al fotoenvejecimiento y conlleva un riesgo de cáncer de piel, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).


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