SOCIEDAD
Finaliza la restauración de la iglesia de San Vicente de Larumbe
Las obras en la fachada y en la torre han costado un total de 233.100 euros.
Las obras en la fachada y en la torre han costado un total de 233.100 euros.
En lo alto del pueblo de Larumbe, Valle de Gulina, se alza la iglesia de San Vicente, obra medieval que reúne una asombrosa mezcla: la arquitectura revela toda la elegancia del gótico pero en su estatuaria pervive plenamente la rusticidad del románico. Esto produce un extraño efecto y un acusado contraste, que la convierte en un tesoro para los amantes del arte medieval. La Dirección general de Cultura acaba de restaurar sus fachadas y la cubierta de su torre.
En el conjunto del edificio destaca su hermoso pórtico con estructuras ojivales y delgadas columnas, que contrasta con una escultura rústica pero muy expresiva: pavorosos monstruos se exhiben en las ménsulas que sujetan los arcos del claustro. Otros, tocan trompetas advirtiendo de que el maligno castigará a los pecadores el día del Juicio.
En los canecillos, figuras de monstruos, animales y hombres completan este registro medieval del pecado, al que se oponen las diversas figuras de ángeles que se distribuyen por los capiteles del pórtico, y donde San Miguel, caudillo de las tropas celestiales, pesa las almas de los difuntos.
El templo forma parte de un grupo de pequeñas iglesias con pórtico orientado al mediodía, al amparo del frío, que albergaban las asambleas concejiles en el pasado, ubicadas en su mayor parte en la Cuenca de Pamplona (las románicas de Sagüés, Eúsa, Esáin, Usi y Larraya, y las góticas de Gazólaz y Ochovi).
En Larumbe, el pórtico sigue funcionando como lugar de encuentro para los vecinos del pueblo que acuden a la misa dominical. Es llamativa la falta de parte de la tracería gótica del arco oriental del pórtico, que fue desmontado en el pasado para abrir un paso al interior.
Trabajos sobre fachadas y cubiertas
El Servicio de Patrimonio Histórico de la Dirección General de Cultura acaba de finalizar la restauración de las cubiertas de la torre y de las fachadas de esta iglesia declarada Bien de Interés Cultural en 1993 y objeto de reparaciones previas en 2000 y 2003. El coste de las nuevas obras asciende a 233.100 euros.
Tras las dos intervenciones previas, el proyecto se planteaba ahora intervenir en el exterior del templo y del pórtico adosado a la fachada sur, dejando para un futuro los espacios interiores.
El proyecto buscaba también resolver la correcta evacuación de las aguas de lluvia de las cubiertas, colocando canalones y bajantes en las cubiertas y fachadas del templo. En este sentido, se proponía el levante de la teja, tablero o capa de mortero y la posterior colocación de teja cerámica curva sobre doble rastrel y lámina impermeabilizante, la introducción de canalones y bajantes de cinc en todas las cubiertas (con excepción de la cubierta de la nave) y la instalación de un pararrayos en la torre.
Las fachadas exteriores del templo y del pórtico han sido también objeto de este proyecto, y sobre ellas se han realizado trabajos de limpieza, así como de cajeado y reposición de varios sillares de la fábrica en mal estado, piezas de cornisas y remates de contrafuertes, todos con piedra caliza.
La limpieza ha incluido la eliminación de la vegetación existente y la aplicación de un tratamiento herbicida allí donde era necesario. Las fachadas se limpiaron con chorro de arena en seco a baja presión. Además, junto a los cajeados y a la reposición de piezas, también se picaron las juntas en mal estado o que habían sido unidas con mortero de cemento, para volver a rejuntarlas con mortero de cal.
Las obras han sido ejecutadas por “Construcciones Aranguren S.A.
La iglesia
Tiene una nave dividida en cuatro tramos, capillas rectangulares en el crucero y una cabecera pentagonal.
El coro se levanta a los pies, sobre un arco escarzano y a él se accede a través de una escalera que corre junto al muro. Iluminan el interior del templo tres ventanas abiertas en el lado de la Epístola. La sacristía, del siglo XVI, se adosa a la cabecera por el lado del Evangelio, cubierta con bóveda de terceletes.
El exterior de esta iglesia resulta muy característico por la presencia del pórtico lateral. El conjunto medieval de nave, pórtico y torre queda en parte mediatizado por la gran mole de la casa parroquial, obra ya tardía; con todo, queda visible la estructura de la nave y cabecera realizadas en un sillar menudo con los contrafuertes que llegan casi hasta el tejado, bajo el que corre el alero de canes lisos que también vemos en las capillas laterales. La puerta se abre al segundo tramo de la nave por el lado de la Epístola, y consiste en un arco apuntado que abocina en tres arquivoltas que descansan en columnillas con capitel decorado.
Delante de la portada se extiende el pórtico. Su frente está compuesto por cuatro vanos entre contrafuertes, acceso y tres ventanales. La entrada está formada por doble arco apuntado sobre baquetones con capiteles de rico y variado despliegue escultórico. El pórtico remata en una hilera de canes figurados de tradición románica.
La torre repite la tipología y localización de las medievales: un cuerpo cúbico con las campanas en lo alto que se alza a los pies sobre la nave.