La placa que recuerda a Juan Carlos Beiro, cabo de la Guardia Civil asesinado por ETA en Leiza hace 17 años no puede permanecer fija en el lugar donde su abatido por una bomba de los terroristas vascos. En la localidad gobierna Bildu con mayoría absoluta, el partido que no condena los crímenes de la banda armada.
El 24 de septiembre de 2002 una patrulla del cuartel de la localidad se detuvo en la carretera que une Navarra con Guipúzcoa para retirar una pancarta con el logotipo de ETA y una inscripción en euskera que decía: "Guardia Civil, muere aquí". En ese momento se accionó una bomba a distancia que mató en el acto a Beiro, casado y padre de unos mellizos de 6 años.
Los dos niños han crecido sin su padre, pero nunca han dejado de acudir a Leiza cada año para recordar a su padre. Lo mismo han hecho este martes, acompañados de su madre y de su abuela materna, que visitaba Navarra por primera vez desde que ETA segó la vida de su yerno.
El homenaje ha sido emotivo, dirigido por Silvestre Zubitur, el único concejal que la coalición Navarra Suma (UPN, PP y Cs) ostenta en Leiza. Es el único edil del municipio que no es de Bildu. Ninguno de los otros representantes municipal ha acudido al acto, como tampoco lo ha hecho nadie de Podemos, Geroa Bai o IE, partidos con representación en la Comunidad foral siempre más cerca de los verdugos que de las víctimas.
Nada más terminar el acto y tras las palabras a los medios de la viuda de Beiro, Mª José José Rama, sobre su disgusto por las alienzas de Chivite con Bildu en Navarra, los organizadores han desmontado un sencillo atril, han retirado las banderas y también la placa que recuerda al cabo fallecido.
"No es posible dejarla aquí todo el año. Sabemos cómo acabaría", comentaban compañeros del Guardia Civil. No les falta razón. Hace sólo unos meses, la pared donde ocurrieron los hechos apareció llena de pintadas injuriosas. Vecinos de Leiza y miembros de la asociación APROG acudieron a borrarlas.
Este martes, Silvestre Zubitur ha vuelto a cargar en su coche la placa con la foto de Juan Carlos. "La colocaremos de nuevo en el cuartel de la Guardia Civil de Leiza, donde la dejamos hasta que llegue el año siguiente. Le ponemos los mismos tornillos en ambos sitios", explicaba con la resignación de quien sabe que en su pueblo no se puede tener ni un recuerdo a un asesinado.
'Querido Juan Carlos, aquí te quitaron la vida por defender la paz y la libertad. Para tu familia, amigos de Leiza y los que te quisimos serás paloma en libertad', reza la inscripción.
Junto a ella, este año se ha colocado una bandera de España con los nombres serigrafiados de los más de 200 miembros del cuerpo asesinados por los etarras. "La Guardia Civil muere pero no se rinde", se podía leer.
Los vecinos de Leiza y amigos de la familia de Beiro, aunque pasen los años, tampoco. El 24 de septiembre de 2020 la placa volverá al lugar donde murió Juan Carlos. Un crimen que nunca se ha resuelto y que en 2022, tal y como van las investigaciones, prescribirá sin que nadie pague por ello.
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