Mercedes Yanguas Martínez ha celebrado este 19 de noviembre nada menos que 103 años, un hito que su entorno ha vivido casi con la misma ilusión que ella. Su historia, marcada por una vitalidad poco común, se ha convertido en motivo de orgullo para quienes la conocen en un pueblo de Navarra.
La escena del cumpleaños fue sencilla pero muy emotiva, con un ramo de flores, una merienda y una banda con el lema 'feliz cumpleaños' con familiares, amistades y trabajadores volcados en acompañar a una mujer que sigue sorprendiendo día a día en Fitero.
Es en la residencia de mayores San Raimundo, en Fitero, donde Mercedes vive desde 2020, y allí la consideran mucho más que una residente. El centro la ha descrito en redes como “un verdadero tesoro para Fitero”, una expresión que no resulta exagerada cuando se escucha cómo hablan de ella.
A sus 103 años, mantiene una lucidez admirable: cose “con maestría”, lee sin necesidad de gafas, pinta con delicadeza y participa con entusiasmo en las actividades de gimnasia y en cualquier propuesta que surja.
Desde el personal cuentan, casi con admiración, que “la cabeza la tiene perfecta” y que incluso hace arreglos de ropa a los trabajadores del centro. Su único límite es la movilidad: ya no puede caminar y se desplaza en silla de ruedas.
Entre las anécdotas que mejor la definen aparece su pasado: trabajó en Francia durante su juventud y domina el francés con total naturalidad. En su celebración, su sobrina, familiares y amistades la acompañaron para regalarle un día lleno de cariño.
El mensaje del centro en redes sociales también fue una declaración sincera: “Felicidades, Mercedes. Gracias por ser inspiración, por tu carácter incansable y por recordarnos que la vida siempre merece ser vivida con alegría”.
Las felicitaciones no tardaron en multiplicarse. Vecinos y conocidos inundaron las redes con mensajes llenos de aprecio. Una mujer le escribió que era “una suerte tenerla en nuestras vidas” y destacó “los sabios consejos” y la vida que reflejan sus ojos cuando recuerda historias del pasado.
Otra persona la define como “una gran mujer”. También han llegado mensajes familiares que la felicitan por mantener tanta lucidez y fuerza a su edad.
La residencia San Raimundo, gestionada desde 2016 por una empresa privada y fundada en 1974 por las Hermanas de la Caridad, acoge a 43 residentes, tanto autónomos como dependientes. Ofrece estancias permanentes y temporales, servicios de estancia diurna, talleres de autonomía personal, comedor y asesoramiento en recursos y ayudas técnicas.
Sus instalaciones incluyen cocina y lavandería propias, enfermería, terapia ocupacional, fisioterapia, trabajo social, gimnasio, salas de televisión, biblioteca, servicio semanal de peluquería y pedicura, además de una capilla con misa dominical. El edificio se encuentra en pleno centro del municipio, en el entorno del Monasterio de Fitero, un lugar que Mercedes conoce desde niña y que aún forma parte de su vida cotidiana.
