El vecino de Añézcar Andrés Lázcoz lleva más de cinco años para conseguir montar una planta de residuos en Berrioplano.
Cuenta su historia convencido de que la idea que tiene en mente desde hace años es lo que realmente quiere hacer. "Pelearé lo que haga falta para conseguirlo". Habla Andrés Lázcoz, natural de Añézcar y de 29 años, que ha acudido a los medios de comunicación buscando altavoz a una situación a la que, después de cinco años, no sabe cómo enfrentarse.
Se refiere a, tal y como indica el joven, "las trabas" que desde el Ayuntamiento de Berrioplano se le vienen planteando al amparo de poder montar su propia empresa y alcanzar su sueño: trabajar en el proyecto que él mismo se encargó de redactar.
Concreta, así, que después de años de alegaciones y distintas variaciones en el proyecto inicial que planteó, el cambio de gobierno municipal tras las últimas elecciones ha imposibilitado cerrar este capítulo. Los nacionalistas de Plazaola (Podemos, Geroa Bai e Izquierda Ezkerra y otros sin filiación política) y Bildu se posicionan contrarios al anterior equipo de gobierno, donde las fuerzas de Agrupación Independiente, PP y UPN sí sumaban concejales suficientes para avanzar en la construcción y puesta en marcha de su proyecto.
"Se trata, concretamente, de una planta de residuos de la construcción y demolición", explica Lázcoz sobre la idea, que persigue centrarse en reutilizar el material y los escombros de obra mediante el tratamiento concreto que exige la ley.
Su trabajo para montar esta planta comenzó en 2011, cuando el consistorio sí apoyó su propuesta con la condición de cambiar de ubicación la misma, algo a lo que el promotor accedió de inmediato. "He cambiado de ubicación hasta en tres ocasiones", explica.
El polígono Muskilda, al que se le dijo a Lázcoz que debía sumarse, trae ahora distintos problemas para el consistorio actual, de la mano de Plazaola y su alcalde, Juan Mari Albizu. Suma apoyos suficientes para decidir en el consistorio junto a EH Bildu y PSN, que también se posiciona ahora contrario.
Fue en febrero cuando, después de esperar ocho meses a que el ayuntamiento llevase a pleno el tema, se vuelve a desestimar una idea que habría sido aprobada por el anterior equipo de gobierno de Berrioplano. En palabras de Lázcoz, los concejales de los grupos de Plazaola y EH Bildu son quienes imposibilitan su camino y le hablan en privado de "urbanismo a la carta". "Me han dicho que mi idea no es de interés general y que iba a pegar el pelotazo", recuerda el joven, que ya ha llevado el tema al Tribunal Administrativo de Navarra.
"Me pregunto cada día a ver desde cuándo una iniciativa privada tiene que responder al interés general", insiste aportando además que la suya no sería la única empresa de la zona que trata material reciclado.
Cansado de la situación, el vecino de Añézcar asegura que nadie va a poder devolverle la cantidad de tiempo y dinero invertido en sacar a la luz algo que en estos momentos "no interesa al gobierno de Plazaola y Bildu".
A su vez, insiste en su constante disposición a colaborar con el ente consistorial y a seguir sus indicaciones siempre que sus planteamientos "tengan lógica y se puedan solucionar". "He cambiado de ubicación tres veces y ahora no hay ningún tipo de población que resulte afectada", insiste comparando las alegaciones actuales con las que, en su día, planteaba el Ayuntamiento de la Agrupación Independiente.
Busca y necesita apoyos, que no llegan por parte del Ayuntamiento y que, dice, no dejará de perseguir. Necesita un nuevo por qué para dar salida a un proyecto, para él de vida, del que está detrás desde hace años y que ya no sabe cómo denunciar.
