• viernes, 13 de diciembre de 2024
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SOCIEDAD

El tranquilo pueblo de Navarra en el que nace un río y presume de tener el agua más clara

El agua, que brota de la misma roca, en su camino al río deja preciosas cascadas de agua cristalina, creando un entorno mágico.

Cascadas procedentes del Nacedero de Nacelagua en Genevilla. AYUNTAMIENTO DE GENEVILLA
Cascadas procedentes del Nacedero de Nacelagua en Genevilla. AYUNTAMIENTO DE GENEVILLA

La Navarra rural esconde tesoros naturales y culturales que capturan su esencia. En la Sierra de Codés, en las proximidades de Genevilla, se encuentra uno de esos tesoros: el Nacedero de Nacelagua.  No aparece en la mayoría de las guías turísticas, pero es uno de los pueblos con más encanto de la Comunidad foral. Apenas alcanza el centenar de habitantes y en sus dos calles paralelas se respira la tranquilidad.

Genevilla está en la muga con Álava, a los pies de las Sierras de Codés, Yoar y Sierrachiquita, a apenas 78 kilómetros de Pamplona y a 37 de Estella. A 200 metros de su núcleo urbano se encuentra el Nacedero de Nacelagua, un precioso paraje del que parte un manantial cuya regata desemboca en el río Ega, al otro lado del pueblo, lo que lleva a sus vecinos a asegurar que tienen el agua de mayor pureza y calidad de Navarra. 

Gracias a este agua, según presumen sus habitantes, tienen las mejores patatas y las mejores alubias del mundo. Además, es una de las últimas zonas de Navarra donde se cultiva el tabaco.

En cualquier caso, Nacelagua es un pequeño paraíso natural, que en su camino al río deja preciosas cascadas de agua cristalina; un agua que brota de la misma roca para crear un entorno mágico. A medida que te adentras en este espacio, el sonido del agua corriendo y el frescor de la vegetación te envuelven, brindando una sensación de serenidad y paz.

Nacedero de Nacelagua en Genevilla. CEDIDA
Nacedero de Nacelagua en Genevilla. CEDIDA

Se trata de un lugar perfecto para disfrutar de un día de picnic en familia o un momento de paz y contemplación. La vegetación circundante ofrece un lugar ideal para sentarse, relajarse y escuchar el murmullo del agua. No hace muchos años, el Ayuntamiento acondicionó el nacedero y construyó un apacible merendero con bancos y mesas.

Genevilla es un lugar donde el tiempo parece haberse detenido, con casas de piedra que evocan la historia y la autenticidad de la región. No en vano, se tiene conocimiento de su existencia prácticamente desde los albores del reino de Navarra

Prácticamente en el centro del pueblo se encuentra la parroquia de San Esteban, que se construyó hace más de 700 años. Se trata de una construcción protogótica que fue restaurada a mediados del siglo XVI. En su interior encontramos un maravilloso retablo cuajado de tallas y relieves iconográficos, y que está considerado como el retablo de estilo Manierista más importante de Navarra.

En las inmediaciones del pueblo se puede visitar también la ermita de Nuestra Señora del Encinedo, otro paraje bucólico que merece la pena visitar.

Genevilla también es conocida por su entorno natural, que lo convierte en un destino idóneo para los amantes de la naturaleza y el senderismo. Desde el pueblo, se pueden emprender numerosas rutas a través de los bosques de hayas y encinas y colinas circundantes, ofreciendo vistas panorámicas de la Sierra de Codés y sus alrededores.

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