• martes, 10 de diciembre de 2024
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SOCIEDAD

El último bosque virgen de Navarra: un hayedo mezclado con abetos de un valor extraordinario

En la actualidad es posible visitarlo, aunque se recomienda no salirse de los caminos por los perjuicios que la presencia humana podría ocasionar.

selva de irati
selva de irati

La Selva de Irati es mundialmente conocida. Recibe miles de visitantes todos los años, especialmente en otoño, cuando las hojas de los árboles cambian de color y los verdes del verano dan paso progresivo a los amarillos, ocres, rojizos y marrones para finalmente caer a los pies de los senderos formando un manto natural de singular belleza. 

Limitado por Roncesvalles al este y el monte Orzanzurieta al oeste, no sólo supone la mayor masa forestal de Navarra, sino que es uno de los hayedos más grandes y mejor conservados de toda Europa; concretamente, en extensión, sólo el Parque Natural de los Cárpatos en Rumanía, es más grande que la Selva de Irati.

A pesar de que las poblaciones que la rodean, tales como Jaurrieta, Ezcároz, Ochagavía, Izalzu, Aribe, Orbaiceta o las dos Abaurreas, la han explotado forestalmente desde el siglo XVI, sin duda, el buen trato que estos pueblos han dado desde siempre a su entorno natural, la han mantenido en total plenitud.

Tal es así, que en el corazón de la Selva, se encuentra uno de los últimos reductos vírgenes de Europa. Es decir, que la huella del hombre es totalmente imperceptible. Hay esquinas, recovecos y metros cuadrados de suelo que jamás han sido pisados por el ser humano, lo que la convierte en un lugar tan cautivador como enigmático.

Se trata del hayedo de Lizardoia, una parte muy concreta de la Selva de Irati, entre los montes de La Cuestión y Zabaleta, que se mantiene prácticamente en estado virgen. Son alrededor de 20 hectáreas formadas por hayas milenarias que en la actualidad sobrepasan los 40 metros de altura, mezcladas con abetos. Tal es su belleza que la Unesco lo incluyó en 2017 en su lista de Patrimonio de la Humanidad. 

En la actualidad es posible visitarlo, aunque no se recomienda salirse de los caminos habilitados, no sólo por su régimen de protección, sino por los perjuicios que la presencia humana podría ocasionar sobre la fauna autóctona.

Esta ruta, que está catalogada de media dificultad, parte desde las Casas de Irati, a 23 kilómetros de Ochagavía por la NA-2012. Es el lugar en el que hay que abandonar el coche y seguir a pie por el sendero GRT-9, que termina en la Cascada del Cubo.

Por el camino hay que cruzar varios arroyos antes de llegar al punto en el que la senda se divide en tres. Hay que tomar el camino del centro, que es el que cruza Lizardoia. En total son unos 14 kilómetros, entre ida y vuelta, entre 850 y 1.125 metros de altitud, pero el esfuerzo merece la pena, especialmente si la ruta se hace en otoño, cuando el colorido de las hojas de los árboles deja de ser símplemente bello para pasar a ser espectacular.

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