Fruto de la mala praxis, el paciente debe someterse a un tratamiento de implantología doloroso y costoso.
El Juzgado de Primera Instancia número 9 de Pamplona, ha estimado una demanda interpuesta por un paciente frente a una dentista y su clínica, sita en la capital Navarra, por mala praxis.
Según razona la Magistrada titular del Juzgado en su sentencia de 14 de enero de 2019 (no es firme), “la extracción de premolares que fue prescrita por la Dra como continuación al tratamiento ortodóncico fue incorrecta e inadecuada al fin perseguido con el mismo, debiendo ser “reinstaurado” el estado anterior mediante la colocación de implantes con el coste económico y sufrimiento que ello conlleva”.
El despacho que ha defendido los intereses del paciente afectado, señala que, lamentablemente, “en muchas ocasiones la subsanación de las lesiones producidas resulta más gravosa y penosa para el paciente que el tratamiento inicial al que se iba a someter”.
En este sentido la sentencia recoge la necesidad de “retomar de nuevo, desde el comienzo, un tratamiento de ortodoncia, cerrando espacios de extracciones y corrigiendo la sobremordida que el tratamiento de la clínica tampoco había corregido”.
De las peritaciones aportadas a las actuaciones se infiere “el mal resultado del tratamiento de ortodoncia” y como consecuencia de ello el paciente debe someterse a un nuevo tratamiento de “implantología, a todas luces doloroso y económicamente costoso, como consecuencia de una mala praxis médica”.
Además de ello, la Magistrada incide en la acreditación de un daño moral generado por esa mala praxis. Por ello condena de manera conjunta y solidaria -clínica y dentista- a abonar al paciente la cantidad de 6.155€ más los intereses legales, así como el pago de las costas judiciales.
