La Sección Segunda de la Audiencia de Navarra ha condenado a 2 años de prisión y una multa de 1.080 euros a dos acusados que estafaron 50.000 euros a un hombre que como ellos trabajaba como temporero para la vendimia en Viana.
Según recoge la sentencia, dictada de conformidad tras un acuerdo entre el fiscal y las defensas, los condenados, F. J. M. M., natural de Portugal y de 35 años, y C. M. S., natural de una localidad de la provincia de Toledo y de 32 años, no ingresarán en prisión a condición de que no vuelvan a delinquir en el plazo de 5 años y de que reintegren a la víctima la cantidad sustraída, a razón de 420 euros al mes cada uno.
Con anterioridad a la celebración de la vista oral, señalada para el pasado 29 de septiembre, el Ministerio Fiscal solicitaba 6 años de prisión y 3.000 euros de multa para cada uno de los inculpados.
En la sentencia se declara probado de conformidad entre las partes que, en octubre de 2010, el denunciante, que entonces tenía 58 años, conoció a varias personas que trabajaban como temporeros de vendimia en Viana. El hombre entabló con ellas una relación de confianza.
En ese marco de compañerismo, les dijo que guardaba en su propio domicilio una “elevada cantidad de dinero” procedente de sus ahorros personales y una herencia.
“Movidos por un ánimo de ilícito enriquecimiento y aprovechándose de la falta de formación” del hombre, los encausados, junto con el resto de integrantes del grupo que se encuentra en paradero desconocido, planificaron “un ardid” para engañarle, recoge el fallo judicial.
Le explicaron que como ese dinero no estaba depositado en un banco, era dinero negro que había que blanquear.
Así, los procesados y el resto de compinches se ofrecieron no solo a blanquear el dinero, sino a incrementarlo mediante operaciones financieras.
“Ignorante del engaño al que estaba siendo sometido”, según consta en la sentencia, el denunciante les entregó 20.000 euros en metálico.
Pocos días después, los acusados y sus colaboradores le mintieron. Le contaron que la persona encargada del blanqueo había sido detenida por la policía y que, para evitar el riesgo de que ese detenido revelase su actuación, tenía que entregarles otros 20.000 euros.
Los procesados continuaron embaucando a la víctima con mentiras similares. Incluso llegaron a reclamarle dinero “para el juez que lleva el caso”. Así, no cejaron en su ilícita conducta cuando el hombre agotó todos sus ahorros, de forma que tuvo que pedir dinero prestado a varios amigos y conocidos para seguir pagando a los estafadores.
La sentencia revela que entre 2010 y 2015 el perjudicado efectuó no menos de 31 transferencias dinerarias a los encausados y al resto de cómplices.
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