Fermín Bocos

Observando la lucha cainita que devora al PSOE y las maniobras del sector crítico para defenestrar a Pedro Sánchez como panacea para solucionar la crisis que aqueja a este partido que últimamente cuenta las elecciones por derrotas me ha venido a la memoria una frase atribuida a Manuel Azaña. 

Se creían intocables y gastaban con impunidad el dinero ajeno. 65 ex consejeros y ex directivos de Cajamadrid se sientan en el banquillo.

Dada la campaña realizada en solitario, rehuyendo la coincidencia con Rajoy en los mítines, la gran victoria de Alberto Núñez Feijóo en Galicia -retiene la mayoría absoluta- ha venido a demostrar que el PP tiene en él algo más que un delfín en ciernes.

Cuando un error se repite deja de serlo para convertirse en opción. Rajoy, Sánchez e Iglesias aunque en sus discursos lo niegan, en la práctica, quieren que volvamos a las urnas.

España es bastante más que lo que sucede en Madrid.

La ofuscación nacionalista conduce a extrañas pérdidas de contacto con la realidad. Tenemos a la vista un ejemplo en el caso del ex consejero de Presidencia de la Generalidad y hoy diputado en Cortes, Francesc Homs.

Observado el lío que tienen montado en el PSOE, en la cúpula del PP deben estar frotándose las manos y recordando al Napoleón que recomendaba no distraer al enemigo cuando se estaba equivocando.

Cuando despertó de la pesadilla generada por la tardía dimisión de Rita Barberá, el problema seguía allí.

Ha dicho sentirse "genial" pero la procesión -y la aprehensión por el futuro de su campaña electoral- se reflejaba ayer en el rostro de Hillary Clinton, candidata presidencial del Partido Demócrata norteamericano.

El bloqueo político ha llegado a un punto que pasará a ser insoportable caso de tener que repetir las elecciones con los mismos lideres que cada uno en su registro ya dio de sí lo que sabemos.