Enrique Basauri Arbulu (21 julio 1953, Elorrio) fichó por el club rojillo al inicio de la temporada 1980-81 en el regreso a la Primera división después de diecisiete años, al surgir dudas en la Junta Directiva sobre el rendimiento de Víctor Marro tras la lesión de Javier Vicuña. Llegó a Pamplona con 27 años después de haber jugado en el Valencia tres años en Primera y otras tres en Segunda con el Alavés, club del que procedía.
Enseguida se le conoció entre la afición como "Mazinger" Basauri por su potencia despejando de puños y atrapando balones con sus espectaculares "manoplas" y su 1,86 metros de estatura. Mazinger Z era una popular serie de dibujos animados japoneses en la televisión a comienzos de los 80, donde un robot gigante luchaba contra las fuerzas malignas.
Pepe Alzate se lo trajo a Osasuna previo pago de cinco millones de pesetas al Alavés, que inicialmente pedía ocho. Conseguiría asentarse en la máxima categoría, convirtiéndose en el portero titular en las temporadas del regreso a Primera División, completando un total de 67 encuentros oficiales en los que encajó 95 goles. Jugó cuatro temporadas en el equipo rojillo hasta junio de 1984, aunque la última con Ivan Brzic apenas jugó.
Debutó el domingo 28 de septiembre de 1980 ante el Hércules (0-0) en el estadio José Rico Pérez de Alicante en la cuarta jornada de liga. “A todos nos ha salido un buen el partido y hemos conseguido un punto muy importante. No estaba nervioso, pero sí un poco agarrotado”, aseguró tras el partido.
En cuanto a su fichaje por Osasuna aseguró nada más llegar a Pamplona: “Ya había perdido la esperanza de volver a jugar en Primera y de que algún equipo más viniera a buscarme. La razón de que me dejaran salir ha sido solo económica y a mi me interesaba salir como fuera. Pienso que tendré que trabajar bastante para ganarme el puesto. Marro es un excelente portero, gran compañero y Vicuña me gusta mucho”.
Jugó 26 partidos titular el primer año, 21 el segundo y 20 el tercero. Acerca del mote de ‘Mazinger’, aseguró en la prensa navarra: “Sí (sonríe), me lo dijeron el domingo pasado. Pero vamos, es un mote cariñoso que me va bien. Creo que es el mejor ambiente que he tenido en todos los equipos en donde he estado. Creo que es una gran familia, con el equipo, entrenador y Junta Directiva. La afición es cosa aparte, porque creo que es la mejor de todo el país. Apoya al equipo sensacional y en casa, no digamos”.
El último año no fue titular en ningún encuentro en toda la campaña con Ivan Brzic como nuevo entrenador, donde además tuvo un problema disciplinario al no presentarse una hora antes de un partido en El Sadar aunque no estuviera convocado, como se exigía entonces.
La enfermedad de un compañero a última hora obligó al club a solicitar su presencia en el campo, pero no hubo forma de dar con el al estar fuera de Pamplona con su familia. Fue en un Osasuna - Real Madrid (1-1) en marzo de 1984. Tuvo que jugar Biurrun por encontrarse Vicuña con gripe. En la suplencia estuvo el meta suplente del juvenil B, Zapatería, al haberse ausentado Basauri de Pamplona.
Osasuna le dio la baja en junio de 1984 con treinta y un años. Una decisión que tenía asumida el portero vasco, aunque fue un mal trago. “Al menos confiaba en haber jugado como mínimo diez minutos para despedirme de la afición. Pero bien el míster o alguien le dijeron que se olvidara totalmente de mí. Creo que me merecía una oportunidad y no salir de la forma en la que lo hago. Es una despedida amarga para mí, pero soy un profesional y acato la decisión que se me impone. Como digo anteriormente, me hice acreedor a una oportunidad”.
Después de cuatro temporadas en Pamplona, Basauri jugó siete años más en varios equipos de la Comunidad de Valencia, de donde es natural su esposa. Castellón en Segunda división A, Gandía y Villarreal en Segunda B fueron sus equipos hasta que con 37 años decidió colgar los guantes y las botas.
Desde 1994 está en la disciplina del Villarreal, donde compagina la labor de delegado con la de entrenador de porteros, junto a otro exosasunista, Jesús Unánua, que entró en la nómina del equipo amarillo, pero sigue manteniendo muy vivos los recuerdos de aquellas temporadas que pasó en Pamplona.
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