En pleno Casco Viejo de Pamplona, en la transitada calle San Antón 45, la Frutería Carlos sigue sumando años con un cambio generacional que mantiene vivo el negocio familiar. Fundada en 1990 por Carlos Fuentes Caletrio, la tienda ha pasado recientemente a manos de su hijo, Jesús Fuentes Los Arcos, quien ha decidido continuar con el legado tras la jubilación de su padre el pasado 2 de noviembre de 2024.
Jesús, de 42 años, se ha criado entre cajas de fruta, madrugones y clientes fieles. Su padre siempre le había hablado del esfuerzo que suponía el negocio, pero también de su rentabilidad. “Mi padre me dijo que se iba a prejubilar y me enseñó los datos de facturación".
"Me dejó claro que en ningún otro sitio iba a ganar lo mismo. Lo valoré mucho porque tengo familia, una mujer y una hija, y me daba muchísima pena que un negocio con más de 30 años de historia cerrara. Los clientes de toda la vida también lo habrían sentido mucho”, explica Jesús.
A pesar de su vínculo con la frutería, su trayectoria profesional ha sido de lo más variada: mecánico de coches, tatuador, fontanero, operario de fábrica, carretillero, vendedor de coches de alta gama, monitor y entrenador personal.
“Yo he sido de todo”, comenta entre risas, pero reconoce que siempre ha tenido la frutería en su ADN. “Esto lo he mamado desde crío y, además, me encanta consumir fruta y verdura todos los días. Así que, cuando llegó el momento, me lancé”.
No ha sido un camino fácil. “Es un trabajo bonito, pero muy sacrificado. Madrugones, jornada partida y sábados incluidos. A veces no hay descanso, pero la diferencia es que ahora trabajo para mí. Si mejoras tú, el negocio mejora contigo”, sostiene con convencimiento.
La renovación del negocio ha llegado con su sello personal. Jesús ha buscado nuevas formas de expandirse, ofreciendo cajas de fruta a empresas como asesorías, bancos y grandes compañías como Gamesa Eólica. “Es un producto que ya tengo vendido de antemano. Es una forma de asegurar ingresos sin depender solo de la clientela que entra en la tienda”.
Sin embargo, el contexto no es el más fácil para los pequeños comerciantes. “Se puede vivir de esto, incluso con dos empleados, pero el Gobierno nos lo pone muy difícil. Nos suben la cuota, los impuestos… Nunca se acuerdan del autónomo. Somos el motor de la economía, pero estamos abandonados. Cada vez ves más persianas cerradas y muchas veces es porque nos lo ponen imposible”.
Su padre, Carlos Fuentes Caletrio, no puede estar más satisfecho con el relevo. “La suerte que he tenido es que mi hijo ha querido seguir. Es un negocio consolidado, con una clientela fiel, y funcionando plenamente. Cuando nos dijo que se quedaba, nosotros estamos encantados y muy orgullosos”. Carlos trabajó 32 años mano a mano con su mujer, la pamplonesa Ana Isabel Los Arcos.
La frutería no es el único legado de Carlos. Fue portero del Burladés en su juventud, con el que ascendió a Tercera División a principios de los años 80, bajo las órdenes de Antonio Martínez. También jugó una temporada en el Jacetano en 1982.
Nacido en Zarza de Granadilla (Cáceres), llegó con 9 años a Burlada, donde sus padres (Teodoro e Irene) se establecieron en plena ola migratoria de los años 70. Ahora, el apellido Fuentes Los Arcos sigue al frente de la frutería, manteniendo viva una tradición que lleva 35 años en el corazón de Pamplona.
Daverson DGS, Jesús Fuentes, Silvia Ramos y Carlos Fuentes en la frutería Carlos de Pamplona. Navarra.com
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