• viernes, 11 de octubre de 2024
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COMERCIO LOCAL

Un nuevo asador de pollos con una exquisita salsa secreta abre en la cuenca de Pamplona

Pollos Asados La Abuela ha abierto recientemente sus puertas al público en la avenida central de Nuevo Artica: la calle María Domínguez

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Sheila Rubia y Emilio Cabrera, propietarios de Pollos Asados La Abuela. PABLO LASAOSA

Hasta ahora, el concepto de pollo asado tenía mucho que ver con las prisas de un sábado o un domingo sin tiempo o sin ganas de cocinar. Este concepto ha comenzado a cambiar con la apertura de Pollos Asados La Abuela. Ya no es un recurso de urgencia, sino que se ha convertido en un demandado manjar.

En eso tienen mucho que ver Sheila Rubia y Emilio Cabrera, que hace unos meses decidieron dar un giro a sus vidas y abrir un nuevo negocio en Nuevo Artica. Y después de mucho papeleo, permisos, licencias y obras, a finales de noviembre, justo antes del arranque del puente foral, subían la persiana "con toda la ilusión del mundo".

Tienen mucho que ver en tanto que son los empresarios, pero la idea es mucho más antigua. Y es que la madre de Emilio una experta cocinera profesional, de las de toda la vida, curtida en mil y una cocinas, tiene una receta de pollo asado que ha perfeccionado con el paso de los años y que se ha erigido no sólo en la base del negocio, sino también en el secreto del éxito del local.

Toda la familia de Emilio es de Jaén; su madre -ya lo hemos dicho- cocinera, y su padre, camarero; y ambos premiados a lo largo de sus trayectorias profesionales. De ahí procede la receta y prácticamente ahí termina porque es secreta desde 1975, fecha en la que fue creada; y tiene incluso un eslogan: "Los pollos asados de La Abuela, no se resistirá a probarlos quien los huela". "Muchos de los que han venido a llevarse pollo asado han vuelto y nos han dicho que les sorprendió su sabor, lo tierno que estaba, y sobre todo, la salsa", explica Sheila.

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El local está decorado con sumo gusto. PABLO LASAOSA

El local es pequeño, ubicado en la zona más residencial de Nuevo Artica, junto a la calle María Domínguez, la arteria principal del nuevo barrio, muy cerca de donde Aldi abrió recientemente un nuevo establecimiento. Las dimensiones del local impedían desde el primer momento pensar en un comedor, pero no era ese el enfoque que quisieron darle al negocio. "Es comida para llevar", señala la propietaria, quien junto con Emilio, ha decorado con gusto el local. Cuenta con una amplia zona para la exposición de los productos a la venta, pero sobre todo, con una cocina amplia y bien iluminada.

"Abrimos sólo los viernes, sábados, domingos y festivos, pero durante toda la semana elaboramos el género para que el fin de semana sólo haya que freírlo", señala Sheila, quien apunta, que "ahora al comienzo, nos vamos a centrar en unos pocos productos, pero la idea es ir ampliando la carta poco a poco y cambiarla de temporada en temporada".

El pollo asado, sin duda, es lo más demandado, pero no es lo único. Los flamenquines tradicionales, típicos de la gastronomía jiennense y cordobesa también tienen su espacio en el local: deliciosos filetes de cerdo enrollados y rellenos de jamón; y posteriormente empanados y fritos, están sorprendiendo al público y, al igual que los pollos, son de los productos más consumidos. También las croquetas, caseras, hechas una a una con la receta más tradicional, como sólo las abuelas saben hacerlas. 

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Además de pollos, vende productos jiennenses y navarros. PABLO LASAOSA

Pero un buen pollo asado, un buen flamenquín o unas buenas croquetas parece que quedan huérfanos si no viajan en compañía de una buena guarnición; y el acompañante perfecto son las patatas cortijeras, también muy típicas de la cocina jaenera y que en la cocina de La Abuela las bordan.

De momento, en los comienzos, la carta la completan unas ensaladas, alones de pollo frito, pechugas de pollo empanadas y fingers de pollo: también diferentes guarniciones y postres caseros: tarta, arroz con leche, natillas y...cuajada de la Ulzama; porque el local también tiene sus toques navarros.

No en vano, Sheila es de Leiza y no se resistió a meter en la carta los talos de maíz tan típicos y otras delicatessen de la gastronomía navarra como los espárragos o los pimientos del piquillo: una fusión navarro andaluza en la que no podían faltar el aceite de Jaén, ni los vinos de Navarra, ni un pequeño toque vasco, con las piparrak.

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Premios y diplomas conseguidos por los padres de Emilio. PABLO LASAOSA

De momento, trabajan por encargo. "Es la manera más sencilla", dice. "Siempre vamos a tener algo que el cliente se pueda llevar, pero lo más seguro y cómodo para todos es que nos llamen, encarguen lo que se quieran llevar y que vengan a recogerlo, sin esperas para que no se enfríe".

El éxito está siendo tal, que en horas punta, hasta se ha generado cola para recoger los pollos. "Los clientes son de muchas partes de Pamplona y alrededores, pero de momento, hay sobre todo gente de aquí, de Nuevo Artica. Nosotros vivimos aquí y teníamos claro que queríamos que el local estuviera en esta zona", señala orgullosa Sheila, quien no esconde que para ella "este negocio es ilusionante" no sólo porque ahora sea su medio de vida, sino también, por la emoción que le produce "haber encontrado una fórmula para  poder continuar haciendo la receta de mi suegra: el pollo de La Abuela".

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