La Policía Nacional está investigando si la auxiliar de enfermería encarcelada por supuestamente haber asesinado a una paciente inyectando aire en las venas, pudo intervenir en la muerte de otros dos ingresados en el Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares, en Madrid, y en el intento de asesinato de un cuarto anciano.
En los dos casos mortales que se investigan, los pacientes se estaban recuperando satisfactoriamente cuando fallecieron extrañamente por una embolia gaseosa en el corazón. Esta patología puede generarse de forma natural, pero en ninguno de los casos se habían detectado causas de riesgo.
La investigación se está centrado en que ambas muertes son compatibles con la inyección de aire en las arterias que van al órgano cardiaco. Ésta forma de actuar es supuestamente la que llevó a cabo la detenido para acabar con la vida de una mujer de 86 años en la pasada semana.
En el cuarto caso que se investiga, el anciano ingresado no llegó a morir pero sufrió un extraño episodio de insuficiencia cardiaca compatible con la inyección de aire en su aparato circulatorio.
En el momento de producirse los cuatro casos investigados, la auxiliar de enfermería detenida se encontraba de guardia. Según precisan fuentes de la investigación, la mujer estuvo de baja laboral durante un año y medio y se reincorporó al centro hospitalario madrileño el pasado mes de mayo.
LA DETENIDA FUE GRABADA POR UNA CÁMARA OCULTA
La prueba que puede servir para condenar a la auxiliar de enfermería es una cámara espía que la Policía Nacional instaló hace ahora dos años en el ala B de la quinta planta del Hospital Príncipe de Asturias. Se colocó en el marco de una investigación judicial para determinar la muerte de una paciente en el verano de 2015, de uno de los tres casos que ahora se investigan de nuevo al conocerse la presunta práctica mortal que empleaba la trabajadora.
La cámara, sobre la que nadie del personal del hospital tenía conocimiento, está instalada en el pasillo, controlando el acceso de médicos, enfermeras y auxiliares a la zona donde se encuentran los internos.
La detenida ya fue la principal sospechosa de la muerte ocurrida en el verano de 2015, pero entonces no se pudo demostrar que el fallecimiento no hubiese sido por causas naturales. Como anteriormente se había registrado otro fallecimiento por embolia gaseosa y un episodio muy grave por causas similares en otro paciente por la misma patología, el juzgado decidió instalar la cámara en la planta de Medicina Interna.
Según fuentes del caso, esta cámara grabó la pasada semana a la auxiliar entrando en la habitación de la que sería la última de sus víctimas; la mujer accedió a las dependencias sin que hubiera sido reclamada para ello. Poco después la anciana ingresada sufrió un paro cardiaco provocado por una embolia gaseosa que acabó causándole la muerte.