Osasuna se tomará un descanso merecido tras el partido ante el Athletic (1-2) jugado esta noche en el estadio de El Sadar y no regresará a los entrenamientos hasta el lunes día 30 de diciembre en las instalaciones deportivas de Tajonar.
Los rojillos mira ya de reojo la caótica situación que atraviesa el CD Tenerife, colista de segunda división con solo 11 puntos, que será el siguiente rival en la Copa del Rey. El partido de la tercera ronda se jugará el sábado 4 de enero a las 16,30 horas y será el primero del nuevo año 2025.
El conjunto isleño ha cambiado de propietario y ha comunicado a su entrenador Pepe Mel que está despedido, pero le deja dirigir el partido que los canarios jugarán este domingo 22 de diciembre ante el Burgos en el campo del Plantío a las 14 horas.
Será el último encuentro oficial del Tenerife antes de recibir a los rojillos en el estadio Heliodoro Rodríguez López, donde los navarros nunca han ganado en liga pero sí en una ocasión en Copa del Rey.
Se trata de una situación rocambolesca en el mundo del fútbol que el exosasunista Pepe Mel, fue jugador rojillo durante cinco meses en la temporada 1987-88, está toreando lo mejor que puede después de haber renovado su contrato con el conjunto chicharrero.
Osasuna debe aprovechar esta situación de rio revuelto en Tenerife para superar la tercera ronda de la Copa del Rey y seguir cumpliendo el objetivo de llegar lo más lejos posible en esta competición.
Hay que recordar que los rojillos han superado al Chiclana (0-5) en primera ronda y a la AD Ceuta con más dificultades (2-3) en una remontada en los últimos minutos en la segunda eliminatoria.
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