PAMPLONA
La maniobra de Asirón y sus socios en el Monumento a los Caídos para construir su centro memorialístico
No ocultan la intencionalidad política del proyecto, asegurando que el futuro centro girará en torno a "relato de los victimarios”.

El equipo de gobierno liderado por Joseba Asirón ha activado una controvertida actuación para transformar el Monumento a los Caídos en un centro de memoria histórica, tal y como lleva meses anunciando. El primer paso, que se formalizará este lunes en la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Pamplona, consiste en rebajar el grado de protección del edificio, facilitando así las obras necesarias para reformarlo en profundidad.
Con esta medida, el Ayuntamiento modifica el Plan Municipal para reducir la protección del cuerpo central del monumento —incluida la cripta— de grado 2 a grado 3, y eliminar completamente la protección del sótano y de las arquerías laterales. Se trata de un cambio sustancial que permitirá intervenir libremente en buena parte del edificio, en una operación que, a ojos de la oposición, responde más a una agenda ideológica que a criterios técnicos o patrimoniales.
El propio Asirón ha confirmado que el cambio urbanístico es el paso previo para instalar el llamado centro de memoria ‘Maravillas Lamberto’, cuyo contenido será elaborado por un comité de 14 expertos afines, entre ellos altos cargos del Instituto Navarro de la Memoria y representantes de centros memorialísticos de Chile, Argentina o Austria.
El alcalde no ha ocultado la intencionalidad política del proyecto, asegurando que el futuro centro se centrará en “el relato de los victimarios”, es decir, en señalar a quienes ejercieron la represión durante la Guerra Civil y el franquismo. Según sus propias palabras, el espacio servirá para generar una “reflexión crítica sobre las nuevas formas de fascismo”, lo que ha sido interpretado como una clara toma de partido en el debate histórico.
La decisión se apoya en la Ley Foral 3/2025 y en el acuerdo aprobado por el Pleno municipal el 6 de febrero, aunque su puesta en marcha sin un verdadero consenso social ha levantado suspicacias. El proyecto avanza sin haber atendido a las voces críticas que reclaman un uso del espacio más integrador o respetuoso con su carga histórica.
El contenido del centro se definirá en los próximos meses. El comité —en cuya composición han quedado al margen perfiles plurales o contrarios al enfoque del equipo de gobierno— tiene previsto presentar su propuesta en septiembre, que servirá de base para el concurso internacional de arquitectura, previsto para otoño.
Asirón ha descartado revisar la denominación de ‘Maravillas Lamberto’, pese a las críticas recibidas por parte de asociaciones y colectivos que ven en ello una forma de instrumentalización partidista del espacio.
Con esta maniobra, el Ayuntamiento no solo impulsa un proyecto ideológico, sino que reconfigura de forma irreversible uno de los símbolos más complejos del patrimonio pamplonés, sin haber generado un verdadero debate ciudadano ni haber planteado alternativas viables al actual uso del edificio.
Por su parte, el grupo municipal de Unión del Pueblo Navarro se ha mostrado en contra del “desde su inicio viciado centro contra el fascismo”.
“Se trata de un acuerdo firmado en los despachos, sin tener en cuenta ninguna aportación y sin consultar a la ciudadanía. Hoy dan un paso adelante con el nombramiento de los expertos, pero esto de ninguna manera supone ningún aval ni garantía de que ese centro vaya a servir para mejorar la convivencia. Es un proyecto que, como debiera, no cuenta con un amplio consenso político, ya que han excluido al partido mayoritario de Pamplona y Navarra, ni ciudadano. Más bien ha generado un amplio rechazo y mayor división”, han valorado desde UPN.
Asimismo, desde el PP han denunciado que esta decisión “abre la puerta a su transformación en un centro ideológico al servicio del relato político de EH Bildu y sus socios”.
Los ‘populares’ han asegurado que “la pérdida de protección sobre un edificio emblemático del urbanismo pamplonés es ya de por sí grave, pero lo es aún más por el proyecto que se plantea: un “centro de memoria democrática y contra el fascismo”, cuyo planteamiento excede cualquier marco de rigor histórico para adentrarse en la manipulación política del presente”.