Los socialistas de Pamplona, dirigidos por Santos Cerdán desde Madrid y por María Chivite y Ramón Alzórriz desde el Paseo de Sarasate, han tratado de lavar su conciencia después de años de pactos con Bildu, y el regalo de la alcaldía de la capital navarra a los proetarras, haciéndole firmar al alcalde de Pamplona una declaración en la que se solicita una subvención nominativa de 3.000 euros a la Fundación Víctimas del Terrorismo.
La declaración ha sido presentada por la portavoz socialista, Marina Curiel y ha contado con el apoyo de sus socios proetarras de Bildu, que han tenido que pasar por el aro como condición de apoyo no expresa para otras votaciones sustanciales, como los presupuestos.
En concreto, los socialistas buscaban con palabrería, al margen de lavar su conciencia, “preservar la relación con Fundación Víctimas del Terrorismo y con la Red de Municipios Amigos de la Fundación Víctimas del Terrorismo, en la línea con el
acuerdo para el cambio de gobierno municipal, que establece el compromiso a trabajar para generar un clima de entendimiento que mire al futuro sin olvidar el pasado, desde la convicción política y ética de que es necesario el reconocimiento y reparación de las victimas generadas por la violencia de ETA”.
Los socialistas aseguran que “el Ayuntamiento de Pamplona ha dado importantes pasos para establecer una colaboración con las víctimas con la finalidad de apoyar y respaldar los objetivos de esta entidad y sus proyectos de sensibilización y divulgación en torno a los derechos humanos y la pluralidad.
En virtud de dicho convenio, el Ayuntamiento de Pamplona se compromete a aportar una subvención nominativa de 3.000 euros, al tiempo que solicita que la Fundación Víctimas del Terrorismo justifique debidamente dichas actividades.
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