• domingo, 05 de mayo de 2024
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PAMPLONA

Pamplona se pone dura y confirma las sanciones para los vándalos de los ascensores de la ciudad

Además de esta importante multa, el consistorio le pasa la factura de la reparación al autor o autores de los hechos o a sus padres.

Dos agentes de Policía municipal de pamplona en el Centro de Mando Avanzado ubicado en el Ayuntamiento de Pamplona.
Dos agentes de Policía municipal de pamplona en el Centro de Mando Avanzado ubicado en el Ayuntamiento de Pamplona.

Atacar o dañar uno de los ascensores urbanos de Pamplona no va a salir gratis. Además de pagar todos los costes de limpieza o reparación, Pamplona ha implementado multas con fuertes cuantías para los que sean sorprendidos en esta situación .

En lo que va de este año, el Ayuntamiento de Pamplona ha revisado hasta 14 avisos por daños en los distintos ascensores. Según la Ordenanza municipal sobre conductas cívicas y protección de los espacios públicos, causar estos daños serían denunciables porque la norma prohíbe “Realizar pintadas, grafismos o murales en cualesquiera bienes públicos o espacios públicos sin autorización municipal”.

Este número de avisos, a falta de un trimestre de 2023, ya iguala el total de los avisos de daños del año pasado. La multa podría llegar hasta los 750 euros.

Aunque 750 euros es el límite económico de la penalización por sanción, la administración puede graduar la sanción dependiendo de la envergadura de los daños y el importe más frecuente es el de 300 euros, una cantidad que, como en todas las sanciones administrativas, queda a la mitad si se abona de forma rápida. Pero, además, el Ayuntamiento puede exigir a la persona infractora arregle los daños causados.

Es decir, el Consistorio repara el bien dañado, pero luego le pasa la factura al autor o autores de los hechos, y, en el caso de ser menores, son sus padres, madres o tutores legales los que deberían sufragar los costes. Y con recargo: pagan el 136% del coste de la reparación final.

En estos momentos hay once elevadores en el ámbito de la ciudad, unos ascensores de tipología diversa que se han ido diseñando e instalando desde el año 2004 para salvar los problemas de accesibilidad que producen las fuertes diferencias de cotas entre algunos puntos.

En la actualidad, existen este tipo de instalaciones en las calles Descalzos, Media Luna, Erletokieta, Isaac Albéniz, plaza Felisa Munárriz, Monasterio de Fitero, Etxabakoitz Norte, Concepción Benítez, Lezkairu, Mendillorri y el último, abierto al público este pasado septiembre, en Trinitarios. Los ascensores urbanos están equipados, en el interior y en el exterior, con cámaras de vídeo conectadas al Centro de Coordinación Operativa de Policía Municipal (CECOP).

En 2023, los daños en el ascensor de Lezkairu son los que más avisos han producido (3), seguidos por las vandalizaciones en los ascensores del Club Natación (2) y de Urdánoz (2). En total, estos tres ascensores en 2022 realizaban casi 770.000 viajes. Además del daño en el mobiliario público con el esfuerzo que supone su posterior puesta a punto, durante los días u horas que tienen que estar parado y ‘en reparación’, cientos de ciudadanos se van afectados en su vida diaria, y en algunos casos de forma severa ya que les afecta más cuantos más problemas de accesibilidad presenten.

Desde el punto de vista de los daños, en general, la mayoría de las denuncias han sido por fractura de cristales. En lo que va de 2023 han sido 12 los cristales rotos. Cada sustitución de una luna de este tipo tan específico viene a costar de media 2.800 euros, o sea, más de 33.000 en cristales.


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