Los vecinos de Ripagaina, en Pamplona, han decidido alzar la voz contra el alcalde de Pamplona, Joseba Asirón, y la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, ante lo que consideran un incumplimiento de las promesas hechas por las administraciones públicas. Después de años de espera y múltiples compromisos sin cumplir, los residentes han comenzado a organizarse para exigir soluciones definitivas a los problemas que afectan a su barrio.
Durante el mes de junio, la asociación de vecinos ha convocado una protesta en forma de 'cacerolada'. Cada jueves, a las 8 de la tarde, los vecinos saldrán a sus balcones para hacer escuchar su malestar. Esta movilización se ha desatado tras los últimos anuncios de los gobiernos local y autonómico, que han vuelto a retrasar las soluciones y las dotaciones previstas para el barrio.
El malestar crece entre los residentes, que recuerdan las promesas electorales de que todo estaría resuelto para 2024. Sin embargo, en lugar de soluciones, el anuncio de una consulta popular vinculante, prevista para abril de 2025, ha generado más frustración. A esto se suma la reciente propuesta de realizar una encuesta sociológica este otoño, que los vecinos consideran insuficiente para abordar un problema que ya lleva más de 20 años sin resolver.
“Es un abandono total”, expresan desde la asociación de vecinos de Ripagaina. “Queremos una solución definitiva, justa y sostenible. Ya no basta con más promesas ni más consultas. Necesitamos que los responsables actúen ahora”.
Con la llegada del verano, los vecinos no piensan detenerse. Si la situación no cambia, la protesta se intensificará en septiembre. La movilización en Ripagaina refleja el hartazgo de un barrio que lleva años esperando un cambio que, por el momento, parece lejanamente prometido.
