Cada año son miles los trabajadores que permiten el óptimo desarrollo de las fiestas de San Fermín en Pamplona. Camareros, 'naranjitos', barrenderos, sanitarios, voluntarios de Cruz Roja, peñistas y, cómo no, también policías.
En concreto, más de 2.700 agentes de diversos diferentes cuerpos, de los que varios centenares proceden de fuera de Navarra para velar por la seguridad durante San Fermín. Un 'valor añadido' que refuerza labores como la desactivación de explosivos o la vigilancia aérea.
"Nuestro trabajo aporta una visión más, que desde tierra no se alcanza a tener. En eventos masivos como el Chupinazo, para seguir a un coche que se da a la fuga o simplemente por si hay que controlar una zona en la que está ocurriendo algo, ahí estamos nosotros", explica Guillermo, uno de los agentes de Policía Nacional que supervisa Pamplona en Sanfermines desde el cielo.
Se trata de uno de los miembros de la Base Periférica de Medios Aéreos de Aragón de la Policía Nacional que, en cada edición de las fiestas desde hace cerca de una década, viene a la capital navarra. "Me conozco ya esto mejor que Zaragoza incluso", bromea.
Ataviado con un traje más propio de piloto que de policía y junto a sus compañeros Nacho, también piloto, y Benjamín, operador de cámara, sobrevuela durante los nueve días la ciudad a bordo de un helicóptero Condor.
Un Airbus Eurocpoter EC135 desde el que, a unos 300 metros del suelo, pueden reconocer a las personas que caminan en una abarrotada Plaza del Castillo u observar a los Jandilla sembrar el caos en el encierro, "como si estuvieran a tres metros".
"El día 6 sobrevolamos pudimos ver el intento de despliegue de una pancarta en una iglesia y el 7 seguimos la procesión en la que ocurrieron los ataque en la calle Curia", especifican sobre su labor estos días.
Dentro del helicóptero, que despega y aterriza en el aeropuerto de Noáin, la comunicación interna se lleva a cabo a través de unos aislantes 'cascos' con micrófono, similares a los empleados en la radio. Además, durante el vuelo los tres compañeros escuchan constantemente la emisora del 091 y también cuentan con conexión directa con el centro de coordinación.
"Este año además podemos mandar señal en directo de las imágenes que captamos con la cámara, lo que agiliza todavía más las actuaciones", explica el comandante de la nave.
En cuestión de segundos el Condor atraviesa al completo la avenida Carlos III, se acerca a las barracas o recorre la vuelta del Castillo, seca y desgastada por las miles de personas que se congregan en San Fermín en Pamplona. En vuelo, su velocidad impresiona, pero todavía lo hace más la nitidez con la que se aprecian los rostros de cada persona a pesar de que, a priori, la distancia hará pensar lo contrario.
Además del envío en vivo de las imágenes, este año también han implementado un nuevo servicio de vigilancia aérea: los drones pilotados. Este sobrevuela algo más bajo que el helicóptero y también permite la observación de lo que ocurre en el suelo durante San Fermín.
Una serie de herramientas y dispositivos que complementan la labor a pie de calle de la policía y permiten a las cientos de miles de personas congregadas en Pamplona disfrutar sin preocupaciones ni temores de la fiesta.
