Último toro de la tarde. Tejedor prende al diestro Alberto López Simón durante los primeros muletazos. Pero el matador se repone y completa una gran faena, venido arriba con el coraje de a quien los golpes no le destruyen sino que le hacen más fuerte.
Y para finalizar un estoque de manual. La espada entra limpia, el toro no tarda en caer. Las gradas, los tendidos y hasta la andanada en pie. Almohadillas y pañuelos al aire. La plaza lo tiene claro: quiere dos orejas.
La pelota está en el tejado de la presidencia, esta vez en manos de la concejala socialista Maite Esporrín. La afición clama dos orejas, lo que supondría una puerta grande para el torero de Madrid.
Ésta ha sido la situación que se ha vivido este martes en el coso pamplonés, durante la regular corrida de Fuente Ymbro, que ha ido a más en los últimos toros y especialmente en la última faena.
A pesar de la mansedumbre de los toros de la divisa gaditana, la corrida ha ido ligeramente a más. Castella ha cortado una oreja al segundo de su lote, Perera ha completado una gran actuación en el quinto de la tarde que se ha visto lastrada por el hierro y la plaza ha ovacionado a López Simón pidiendo su salida a hombros.
Por un momento la puerta grande se ha dado por conseguida. La presidenta Maite Esporrín ha colocado el pañuelo blanco en la balconada, otorgando el primer apéndice. Poco después lo ha retirado para volver a colocarlo.
El gesto se ha entendido en la plaza como la confirmación de la entrega de las dos orejas, por eso las gradas se han calmado y han ido abandonando sus asientos para salir de la plaza.
Mientras tanto el alguacil, encargado de cortar las orejas antes de que las mulillas procedan al arrastre del toro, miraba con gestos de ostensible duda hacia el la presidencia. "¿Una o dos?", ha comenzado a preguntar, mientras señalaba con uno, dos o ningún dedo intermitentemente.
Los nervios de la cuadrilla de López Simón también han ido en aumento. Mientras tanto, los encargados de la retransmisión de la corrida a través del canal Toros, de Movistar, repetían el gesto de Maite Esporrín una y otra vez para tratar de aclarar cuál era su intención.
"Va a haber que pedir el VAR", se ha comentado jocosamente en el programa de televisión, en referencia al sistema de videoarbitraje que se está aplicando en el Mundial de Rusia de 2018.
Finalmente ha sido la concejala del Ayuntamiento de Pamplona quien ha sacado a toda la plaza de dudas. "¿Dos? No, una, una", ha respondido ante las preguntas de sus ayudantes en la presidencia.
En el momento en el que la afición ha comprendido que no había puerta grande para López Simón, la pitada ha comenzado a ser ensordecedora, reclamando lo que creían justo para la entrega del torero que se había repuesto del susto vivido.
En la arena, mientras tanto, el diestro madrileño ha tratado de restarle importancia a la situación: "Son cosas del palco; la gente que está allí arriba decide".
"Yo bastante tengo con ponerme delante del toro como para preocuparme de otros asuntos", ha respondido Alberto López Simón contentándose con un único triunfo en una tarde que se las prometía desértica.