Los toros de la ganadería de Miura han corrido este viernes en Pamplona el octavo y último encierro de los Sanfermines de 2023. Lo han hecho como auténticos aviones por la calle Estafeta, con un encierro muy rápido de 2 minutos y 16 segundos, si restamos los cerca de 5 segundos que han tardado en salir de los corrales de Santo Domingo.
Según el parte de heridos hay 6 trasladados a centros hospitalarios, todos por golpes y contusiones, pero no hay heridos por asta de toro, una tónica de los encierros de 2023, que terminan con sólo dos heridos por asta de toro, en los encierros de Cebada Gago y de Victoriano del Río.
El encierro ha sido muy bonito, con dos grupos muy definidos desde la curva de Mercaderes, cuando la manada ha quedado dividida con tres toros y un manso por delante y los otros tres toros en un bloque final, pero también agrupados con cabestros.
Esto ha permitido ver carreras muy vistosas y limpias, ya que los toros de Miura han tenido un comportamiento muy noble al correr hermanados y sin intención de lanzar ningún derrote. Los momentos de peligro han ocurrido por atropellos y empujones de los toros, especialmente en la bajada del callejón, donde el segundo grupo de toros se ha quitado de encima con los pitones a dos o tres corredores pegados al vallado.
La entrada a la plaza también ha sido también muy limpia, sin necesitar el trabajo de los dobladores.
Miura es la ganadería que más veces ha corrido en Pamplona y el de este viernes 14 de julio ha sido su encierro 55 desde su debut en la primera Feria del Toro, en 1959.
El año pasado ya hicieron el encierro más rápido de los Sanfermines con 2 minutos y 12 segundos, sólo un poco por encima del encierro más rápido de la historia que tienen en su haber: 2 minutos y 5 segundos en 2015.
Verde y roja
